Estás pensando en unas vacaciones baratas que te lleven a un paraíso asequible y que te permitan convertirte, una vez más, en turista. Le has dado ya la vuelta a tus armarios buscando los modelos del verano pasado que puedes reciclar para este año y has encontrado el fotoprotector solar del año pasado. ¿Sabes si su efecto seguirá siendo el deseado?
– ¿Cómo saber si puedes usar tu protector solar ya abierto?
Aunque no te lo creas, en cada bote viene bien claro cómo conservar este producto correctamente. No entres en pánico todavía y comprueba si has seguido los siguientes pasos:
– ¿Has guardado la crema en un lugar fresco y seco? No, la maleta no sirve. Si has usado el clásico armario del baño para este fin es posible que tengas que deshacerte del producto. De hecho, estudios científicos certifican que un protector de calidad tiene la misma validez al año siguiente siempre que no haya sido sometido a temperaturas extremas. Si te lo dejaste en el maletero del coche, tíralo a la basura.
– Comprueba el color y el olor. A buen entendedor pocas palabras bastan. La comprobación visual es tan efectiva como infalible. Si la crema parece un flan y huele «raro» ni se te ocurra usarla.
– Lee bien los componentes. El uso de óxidos puede alargar la vida útil del producto. Si la crema está hecha a base de químicos, es más que probable que tenga un buen aspecto, que no huela mal y que parezca estar en buen estado. Será su primer uso el que te aclare si está demasiado acuosa o si te quemas demasiado.
– Mi crema está bien, ¿cómo seguir usándola con seguridad?
Lo habitual es ponérsela 5 minutos antes de ir a darse un baño y dejarla tirada en la arena. Estos 2 errores son tan comunes como perjudiciales. La crema hay que ponérsela media hora antes de llegar a la playa. Es decir, cuando te estás vistiendo en casa o en el hotel, ponte la crema para que la piel vaya absorbiéndola.
Una vez en la playa, no la dejes nunca en la arena ya que se calentará y terminará por no servir para nada. Guárdala en tu bolso y siempre protegida de alguna prenda. La temperatura idónea de conservación es de 22 grados. Recuerda que has de ponerte crema en varias ocasiones a lo largo del día para que tu piel esté siempre hidratada.
Por lo tanto, si tienes un bote de crema del año pasado, no sabes cómo se ha conservado y no tienes total seguridad, lo mejor es que no lo uses. Solo si has cumplido con los preceptos arriba indicados podrás contar con su apoyo para proteger tu piel de forma efectiva y adecuada.
Que tus vacaciones baratas no se conviertan en una pesadilla interminable por querer ahorrar más de la cuenta. Vete a una farmacia o un comercio especializado, compra un bote de protector de calidad y comienza a disfrutar del sol con la certeza de que tu piel estará en perfecto estado cuando regreses a tu alojamiento.