La existencia de una buena red de vuelos a Madrid ha permitido que podamos escaparnos en cualquier momento a la capital de España para visitar sus maravillas. Una de ellas es su casco antiguo, conocido como el Madrid de los Austrias por haber sido esta dinastía la que instaló la Corte en la ciudad y le proporcionó sus primeros monumentos.
Ya el Rey Felipe II inauguró algunos, pero sería su hijo, Felipe III, quien promovería el desarrollo urbanístico de la capital otorgándole un esplendor que continuaría con los dos últimos monarcas de la saga: Felipe IV y Carlos II.
Así, viajar a Madrid y recorrer a pie el barrio de los Austrias es una magnífica idea para un puente o un simple fin de semana. Como, además, existen magníficos hoteles en Madrid, no tendremos problema de alojamiento. Y, al tiempo que visitamos monumentos, podremos revivir la Historia de España en la época más pujante de nuestro país.
Ruta por el Madrid de los Austrias
En líneas generales, el barrio de los Austrias se extiende entre el Palacio Real y la Puerta del Sol. No obstante, el primero de estos edificios es posterior a esa época, pues fue construido sobre los restos del antiguo Alcázar, que desapareció a causa de un incendio en 1734. En otro sentido, hay monumentos de ese periodo que se hallan fuera del perímetro citado, como el propio Parque del Retiro. De cualquier modo, en ese reducido espacio de la capital, fácil de recorrer a pie, puedes encontrar verdaderas joyas arquitectónicas.
Plaza Mayor
Uno de los símbolos de Madrid. Fue mandada construir por Felipe II en el lugar donde se celebraba un antiguo mercado. Encomendó la obra a Juan de Herrera, el mismo que se encargó del Monasterio del Escorial. Sin embargo, el primer edificio de la plaza, la Casa de la Panadería, que aún se conserva, fue realizado por Diego Sillero. Finalmente, sería Juan Gómez de Mora quien terminaría la obra en 1619.
Sin embargo, la forma en que la conoces hoy es fruto de una remodelación de 1790, tras haber sufrido un incendio que la destruyó casi por completo. Finalmente, diremos que otros puntos destacados de la plaza son el Arco de Cuchilleros, obra de Juan de Villanueva, y la estatua de Felipe III, que se halla en su centro y fue un trabajo de Juan de Bolonia, escultor del siglo XVII.
Monasterio de la Encarnación
Ejemplo del llamado Barroco madrileño, fue edificado por Juan Gómez de Mora y fray Alberto de la Madre de Dios e inaugurado en 1611 por la Reina Margarita, esposa de Felipe III. Actualmente, además, podemos encontrar en su interior un imponente conjunto pictórico y escultórico, con obras de Pedro de Mena, Gregorio Fernández o Lucas Jordán, así como un impresionante relicario.
Plaza de la Villa
Es uno de los lugares más destacados de nuestro recorrido por el Madrid de los Austrias. Se halla al lado de la Puerta del Sol y, ya en tiempos medievales, fue punto importante de la ciudad. A esa época, más concretamente al siglo XV, pertenece uno de sus edificios más relevantes: la Casa y Torre de los Lujanes, de estilo gótico-mudéjar.
De un siglo posterior es la Casa de Cisneros, de tipo plateresco. La mandó construir un sobrino del famoso cardenal. Y al XVII pertenece la barroca Casa de la Villa, antigua sede del Ayuntamiento. La plaza debe su nombre a que el Rey Enrique IV de Castilla otorgó a la ciudad el título de «Noble y Leal Villa». Por último, en su centro, se halla una estatua del ilustre marino don Álvaro de Bazán, inaugurada en 1891.
Monasterio de las Descalzas Reales
Este edificio, debido a Antonio Sillero y a Juan Bautista de Toledo, cuenta con una magnífica fachada de estilo plateresco. Además, nos ofrece mucha historia, pues allí vivieron Carlos I e Isabel de Portugal y allí nació su hija Juana, a la sazón fundadora del convento y enterrada en la casa. Digna de ver es, igualmente, su escalera renacentista.
Y, si del interior hablamos, es imprescindible mencionar los impresionantes tapices de Bruselas, realizados sobre cartones de Rubens. Representan la Apoteosis de la Eucaristía y fueron un encargo de la infanta Isabel Clara Eugenia, una de las hijas de Felipe II y que ejerció como gobernadora en los Países Bajos.
Palacio de Santa Cruz
Antigua Cárcel de Corte y, posteriormente, Sala de Alcaldes, es hoy la sede del Ministerio de Asuntos Exteriores. Tiene planta rectangular y lo dominan dos torres en sus esquinas realizadas en ladrillo y granito visto. No obstante, resultó dañado durante la Guerra Civil, por lo cual fue remodelado en 1941 por el arquitecto Pedro Muguruza.
Otros puntos de interés si quieres viajar a Madrid
Aunque de construcción posterior a la dinastía de los Austrias, existen otros muchos lugares de interés en la zona que no puedes dejar de ver. Así, algunos civiles, como el propio Palacio Real, con los espectaculares Jardines de Sabatini, o el Palacio de Gaviria, edificado en el siglo XIX, pero que imita al Renacimiento italiano.
Pero también, otros religiosos. Entre estos últimos, la Colegiata de San Isidro, antigua catedral de Madrid y donde se encuentra el sepulcro del patrón de la ciudad; la Catedral de la Almudena, que reemplazó en dignidad a la anterior; la Basílica de San Miguel, tan pequeña como original y símbolo del Barroco español, y la Real Basílica de San Francisco el Grande, en la que destaca su enorme cúpula y las pinturas de Zurbarán y Goya.
Finalmente, tampoco debemos dejar de ver el Teatro Real, obra de Antonio López Aguado y que se inauguró en 1850, durante el reinado de Isabel II. Es uno de los centros operísticos más importantes del mundo y existen visitas guiadas.
En definitiva, gracias a los vuelos baratos a Madrid que existen actualmente, podemos visitar la capital y, no solo recorrer el barrio de los Austrias, sino también disfrutar de obras de teatro, musicales y de los magníficos museos de la ciudad. Todo ello sin olvidar que hay magníficos hoteles en Madrid donde puedes alojarte y también una magnífica gastronomía «castiza», nunca mejor dicho.