Para los que sueñan con un viaje, una advertencia: visitar Lalibela o viajar a Etiopía no cabe en un sueño. Si eres de los que quiere comprobar las grandes dimensiones de este lugar por ti mismo, deberás empezar a apuntar todos aquellos lugares que no quieres perderte.
Introducirte en el corazón de la Jerusalén Negra
Un viaje a la que ha sido llamada por algunos como la Jerusalén Negra, probablemente por el color de la piel en el corazón de África. Un lugar para el que vas a necesitar tus cinco sentidos. El cuerno de África, donde los contrastes, la cultura, los paisajes sorprendentes, los vestigios históricos, principalmente en la zona norte del país y una espiritualidad que roza la pura magia atrapan a quienes han estado allí.
A través del recorrido por la paleta de verdes que ofrecen los parajes montañosos a 2.500 metros de altitud ya en Adís Abeba (la capital etíope), a nuestra llegada y hasta los 4.500 metros a que ascienden las montañas de Simien en el norte del país, prepárate para encontrar a gentes afables, hospitalarias y muchas sonrisas; sonrisas que solo encuentras en esos lugares del mundo marcados por la historia, por la grandeza de la diversidad de etnias y ajenos a las prisas de este mundo occidental.
Aunque algunos piensan cuando están planeando viajar a Etiopía que lo más llamativo se encuentra en el sur por ser el punto geográfico donde parece que el tiempo se ha detenido, una de las joyas que sí parecen estar viviendo en pleno Medievo está en Lalibela; un lugar a caballo entre la capital y las montañas del norte. Un lugar donde verás de verdad el tiempo detenerse en el corazón de la África Negra, manteniendo intactas sus costumbres y ritos tribales. ¿Preparados para visitar este lugar en el tercer país más poblado de África?
Los templos excavados de Lalibela, un placer para los cinco sentidos
Lalibela o la nueva Jerusalén, como ha sido bautizada no hace demasiado tiempo, es el pequeño pueblo etíope donde se encuentran los impresionantes templos tallados en la roca, vestigio de esa Etiopía histórica rodeada de ese halo de misterio tan propio de las cosas que se escapan a nuestra razón.
A 2.630 metros de altura se corona como uno de los patrimonios cristianos aún en pie más impresionantes. Un lugar al que hasta 1997 no se podía acceder en tiempos de lluvias y que ahora, tras la inversión en infraestructuras en la zona, es accesible todo el año. Da igual la época que elijas para visitar Lalibela, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO porque la visita siempre merecerá la pena.
Los distintos templos de la Jerusalén negra
El primer grupo de iglesias es el que encontrarás en la zona noroeste. Un recorrido por un tiempo pasado que comenzará por la iglesia Bet Medhane Alem y continuará por el templo de Bet Maryam. De ahí podrás pasar por Bet Danaghel, Bet Meskal, Bet Mikael, Bet Golgota, acabando en una salida en forma de cruz que compone la denominada Tumba de Adán. A modo de curiosidad, te decimos que la entrada de mujeres a Bet Golgota está prohibida; una lástima al tratarse de una de las más bellas construcciones de este grupo por los santos esculpidos a tamaño natural en sus paredes.
Espiritualidad, misterio y una constante incredulidad son lo que sentirás al poder observar de cerca estas edificaciones históricas, más si tienes en cuenta el entorno cultural que verás alrededor.
Templos que te dejarán sin aliento al visitar Lalibela
Muy próximo al primer grupo, encontrarás el denominado grupo sudeste: un conjunto más complejo arquitectónicamente hablando y que te dejará sin aliento un instante, cuando compruebes su disposición laberíntica. Por túneles, pasillos y recorridos naturales llegarás de una a otra, mientras pareces transportado a otro momento o dimensión lo más parecida a muchas películas que todos tenemos en la retina, pero con una diferencia: en tu caso no serán escenarios o montajes.
Bet Gebriel-Rafael, Bet Abba Libanos, Bet Lehem, Bet Emanuel y Bet Mercurios serán los templos excavados de Lalibela que se alzarán ante tus ojos.
Si retrocedes tus pasos hacia la salida del grupo del noroeste, llegarás hasta Bet Giorgis: con una altura de 15 metros excavados bajo tus pies, podrás contemplar un lugar espiritual e inexplicable en cuyo interior verás un esqueleto humano, o artículos habituales de la parafernalia eclesiástica. Espiritualidad, paz y una atmósfera especial.
Con esta visita habrás completado tu cita con los templos excavados de Lalibela, un total de doce iglesias monolíticas talladas de una sola pieza conformando un enclave histórico no comparable con nada. Unos enclaves sagrados edificados a ambas orillas del río Jordán. Un emplazamiento cristiano, pero mágico en sí mismo, y uno de los lugares que hacen que Etiopía sea un destino inolvidable.
¿Qué no debes perderte al visitar Lalibela?
Si aún te quedan ganas de más, te recomendamos que te atrevas con el Monasterio de Nakuta La’ab, ubicado fuera de la población, pero cercano. Un lugar de difícil acceso que explica las pocas visitas que presenta pese a su enorme belleza. Un lugar a seis kilómetros del enclave de las iglesias monolíticas más extrañas a la par que seductoras y en medio de una montaña.
¿Te has enamorado ya de Etiopía aún sin haber pisado su tierra? Apostamos a que sí, claro, si eres de los que saben que viajar es uno de los mayores placeres del mundo. Si eres de los que piensan que además de escribir un libro, plantar un árbol o viajar en globo, no tendrás una vida plena si no ves con tus propios ojos esos lugares que solo los has intuido porque de ellos hablan los libros.
Visitar Lalibela es como poder viajar en el tiempo a un lugar desconocido, cuando ahora puedes hospedarte en hoteles llenos de confort y que ofrecen servicios ideales para el descanso, una vez haz vuelto de tus rutas de senderismo. Un lugar donde poder poner los pies en la tierra tras las aventuras al pasado que te ofrece esta zona, donde te animamos a que degustes la gastronomía local que tiene muchos paralelismos con su país: exotismo, colorido y una mezcla de sabores que van más allá de lo que podemos imaginar.