Siempre es un gusto visitar el país vecino, conocer a sus amables gentes y disfrutar su encanto especial. Hablamos de Portugal y, en este caso, os desvelaremos los secretos gastronómicos que guarda la que es la segunda ciudad más grande del país tras su capital, Lisboa. Se trata de Oporto, una ciudad llena de belleza decadente, de buen ambiente, de azulejos por doquier y de un río que la embellece todavía más. ¿Te vienes a la ‘cidade do Douro’?
Entre los muchos motivos que existen para viajar a Oporto, hoy nos vamos a centrar en los gastronómicos, como bien os anticipábamos unas líneas más arriba. Más allá de subir al puente Luiz I (su símbolo en hierro) o entrar al antiguo convento de Sao Bento (hoy estación de tren con cientos de azulejos), Oporto merece una visita solo por su vino y sus platos.
Y para llegar lo tienes muy fácil ya que tienes una gran oferta de vuelos a Oporto, hasta su aeropuerto Sá Carneiro, que cuenta con muy buenas comunicaciones con el centro de la ciudad, a través de su red de autobuses urbanos.
Horarios de comida y cena. Para que no te pierdas nada
Al contrario que en España, en Portugal comen y cenan más temprano. Así, el horario de la comida (o el ‘almoço’ en portugués) es entre las 12.00 y las 13.00 horas. ¡Puedes encontrarte con algún restaurante en el que puedes incluso comer a partir de las 11.30! Nada de esperar a las 14.00 o a las 15.00 para comer (a no ser que se trate de algún restaurante de comida rápida), ya que no encontrarás nada abierto.
En cuanto a la cena (‘o jantar’ en portugués) suele tomarse a partir de las 19.00 horas de la tarde y casi nunca más allá de las 20.30. Notarás como el ambiente en las calles a partir de esa hora disminuye considerablemente y ya sería la hora de ir a tomarte algo (recomendable probar la SuperBock o la Sagres, ambas cervezas portuguesas) a algún pub de la ciudad.
Descubre los platos típicos
La gastronomía en Oporto se caracteriza por una fusión perfecta de la tradición y la vanguardia. Comencemos por la tradición, según la que es imposible irse de la ciudad sin haber probado algún plato que contenga bacalao, el gran protagonista de su gastronomía (al igual que en el resto de Portugal). Lo podrás probar de mil y una formas, déjate aconsejar por los locales y saboréalo sin remordimientos.
También con una gran tradición cuentan las ‘tripas a moda do Porto’, un plato que guarda muchas similitudes con la fabada asturiana y que incorpora callos. Se trata de un plato de puchero muy famoso y muy sabroso, que da nombre, incluso, a los habitantes de la ciudad: ‘tripeiros’.
Pasemos entonces a la parte de su gastronomía que incorpora vanguardia, y ahí tenemos que hablar de las ‘francesinhas’. Se trata de un plato sencillo que ha alcanzado mucha fama en esta y otras ciudades del norte de Portugal, pese a no tener tradición y tratarse de un plato ‘moderno’. Se trata de un sándwich que lleva filete de ternera, salchicha fresca, jamón, queso y huevo frito. Todo ello se cubre con lonchas de queso y una salsa especial (a veces un poco picante) que da el toque final a la ‘francesinha’.
Pero a veces no queremos comer tanto y nos llega simplemente con una sopa. Pues bien, estás de enhorabuena ya que en cualquier restaurante, bar o cafetería te servirán una muy barata, en general. Y no podría faltar el postre, algo en lo que Oporto también destaca. No te olvides probar las típicas ‘natas’, unos pequeños pasteles que te recordarán mucho a los ‘pastéis de Belém’, de Lisboa.
Oporto y sus bodegas. Las mejores zonas para comer
Todo ello ha de ser regado con un buen vino de Oporto, que para ello estamos en una ciudad de vino. Al otro lado del Duero, en Vilanova de Gaia, se encuentran las famosas bodegas con sus luminosos carteles que nos indican su presencia. Allí podrás catar estos vinos dulces a la vez que disfrutas de un espectáculo de ‘fado’, la música típica tradicional portuguesa.
Además, esa orilla del Duero es una zona perfecta para cenar, ya que al lado de las bodegas se encuentran magníficos restaurantes, con vistas al río, en los que encontrarás gastronomía de alta calidad y típica de Portugal. Para lugares más desenfadados donde comer algo está la orilla de enfrente, la ‘Ribeira’, que constituye la parte baja de la ciudad.
Allí te encontrarás con multitud de bares y pequeños restaurantes donde comer y beber en un ambiente muy animado. En ese lugar también podrás tomar alguno de los barcos que recorren el Duero en un paseo agradable en el que poder apreciar los 6 puentes que cruzan la ciudad, algo que no puede faltar en tu viaje a Oporto.
Y durante tu visita al casco histórico de la ciudad, también te recomendamos un par de lugares donde poder comer y tomar algo. La zona en torno a la Torre de los Clérigos es un buen lugar, siempre con ambiente, al igual que la Plaza de Libertad y la Avenida de Los Aliados (en esta se encuentra el Ayuntamiento de la ciudad).
Consejos sobre los aperitivos
Es muy frecuente que en Portugal te sirvan aperitivos mientras esperas a que te traigan la comida o la cena en cualquier restaurante. Estos suelen componerse de diferentes panecillos y sus correspondientes mantequillas y quesos diversos para untar. Son toda una delicia, pero has de saber que no están incluidos en precios de menú o carta, sino que se pagan aparte, aunque nadie te pregunte si los quieres.
Al igual que el resto de comida en Portugal, el precio no suele ser elevado, así que te animamos a que los pruebes. Aunque ten cuidado porque suelen ser abundantes y la comida también lo es, por lo que puede que si te terminas los aperitivos ¡no te quede espacio para una deliciosa francesinha!