Esta receta, que pertenece a mi último libro, “Un Año de Dulces” es, quizá, mi receta favorita de todos los tiempos. La probé por primera vez en Nueva York pero no fue hasta mi paso por Nueva Orleans cuando me enamoré por completo de ella.
¡Ay Nueva Orleans! Creo que es una de mis ciudades favoritas de Estados Unidos. En ella se respira el Jazz por todas las esquinas, a la vez que se pueden degustar maravillosos platos de cocina criolla y cajún o los famosos beignets cubiertos de azúcar glas. Es una ciudad rebosante de vida en la que a lo largo de todo el año se respiran ecos del Mardi Gras. Su historia es apasionante, marcada no sólo por inundaciones e incendios, sino también por el Vodoo y por la vida del río Mississippi. En sus pastelerías podréis además degustar todo tipo de dulces a base de toffee, ya que las cercanía de las plantaciones de caña de azúcar sin duda influyeron en la gastronomía de la zona.
Pero volvamos al Pecan Pie. Se trata de una especialidad típica de la cocina sureña de Estados Unidos y tiene como protagonista las nueces pecanas y el sirope de maíz.
Para la masa:
• 200g de harina
• 1 cucharada de azúcar
• 1 cucharadita de sal
• 115g de mantequilla
• 45ml de agua helada
Para el relleno:
• 4 huevos
• 250ml de sirope de maíz
• 50g de azúcar blanco
• 50g de azúcar moreno
• 60g de mantequilla derretida
• 1 pizca de sal
• 300g de nueces pecanas peladas
En el robot de cocina, o con ayuda de un mezclador manual para masas, mezclamos harina, sal, azúcar y mantequilla. Cuando la mezcla parezca migas de pan, añadimos 50ml de agua (que estará muy fría) poco a poco, sin dejar de mezclar. Si la masa está muy pegajosa, añadimos un poquito de harina. Si, por el contrario, se hace migas, incorporamos un poquito más de agua. Hemos de lograr una masa firme y no pegajosa. Sacamos la masa del robot de cocina y hacemos una bola. La envolvemos en film y refrigeramos, al menos, 45 minutos.
Precalentamos el horno a 180º con calor arriba y abajo y engrasamos el molde que vayamos a utilizar. Pasado ese tiempo, estiramos la masa en círculo sobre una superficie enharinada (al principio cuesta un poco). Hay que tener mucho cuidado de que no se nos pegue. Cuando tenemos un círculo de unos 28 – 30 cms de diámetro, lo transferimos a nuestro molde, previamente engrasado con mantequilla. Ajustamos bien la masa al molde, y cortamos lo sobrante dejándonos un reborde de 3 centímetros.
Con los dedos, le vamos dando forma a la masa. Es un poco raro al principio, pero básicamente se trata de ir formando ondas. Otra opción es amasar y estirar los restos de la masa, cortar formas (hojas, corazones…) y congelarlas 10 minutos. Después las puedes pegar por todo el borde usando un poco de agua. Metemos la masa al frigorífico mientras preparamos el relleno. En un bol, mezclamos con unas varillas todos los ingredientes del mismo menos las nueces pecanas hasta tener una mezcla homogénea.
Incorporamos las nueces pecanas y removemos bien, hasta que estén totalmente cubiertas por la mezcla. Vertemos la mezcla en el molde y horneamos 60-70 minutos o hasta que el relleno esté “asentado” y la masa doradita. Sacamos del horno y dejamos que vuelva a temperatura ambiente. Refrigeramos al menos 4 horas antes de comer.