De Montevideo, elegida la mejor ciudad sudamericana en la que vivir, a paisajes tan vírgenes que no podrás ni cargar el móvil. Prepárate para surcar la costa uruguaya en este recorrido de 10 días.
A medio camino entre Argentina y Brasil, y con pasado español y portugués, Uruguay significa «río de los pájaros pintados» en guaraní. En cuanto a extensión, es el país más pequeño de América Latina (después de Surinam), lo que no impide que su nivel de vida global sea comparable al de las capitales europeas; sobre todo en Montevideo, la ciudad donde mejor se vive de todo el continente. Uruguay goza de regiones costeras prácticamente vírgenes donde te sentirás realmente libre. Mimetízate con el ambiente, habla con todo el mundo, bebe mate, endúlzate con alfajores rellenos de dulce de leche, come empanadillas, entérate de lo que es un buen chivito uruguayo y, sobre todo, ¡prepárate para el viaje de tu vida!
Para llegar hasta allí, lo más fácil es volar al Aeropuerto Internacional de Carrasco, en Montevideo. Otra opción es el Aeropuerto La Plata de Buenos Aires. Son frecuentes los ‘saltos’ de un país a otro porque para hacerlo solo hay que atravesar el Río de La Plata en un pequeño viaje en ferry.
Día 1: Colonia de Sacramento
El primer destino de esta ruta costera es Colonia de Sacramento, a orillas del Río de la Plata. Por carretera, te llevará unas dos horas y media desde el Aeropuerto Internacional de Carrasco. Fundada por los portugueses en 1680, cayó en manos de los españoles tras siglos de disputas por la posición estratégica. El resultado es una villa, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, con mucho encanto, muy bien conservada y que arquitectónicamente fusiona ambas culturas: El Faro, el Convento de San Francisco, la Puerta de la Ciudadela, la Casa del Virrey… Pasea por las calles empedradas de su casco histórico, con casas bajas alumbradas con farolillos y coches de época aparcados que te transportarán en el tiempo. Como la estrecha calle de los Suspiros, repleta de magia y leyendas.
Días 2 y 3: Montevideo
Recorre casi 200 kilómetros hasta Montevideo. Es la capital más austral de Latinoamérica, la ciudad más poblada del país y la mejor urbe del continente para vivir, según la consultora internacional Mercer, que valora índices de seguridad, sanidad, educación y entretenimiento. Es un importante centro de negocios y comercio, con un puerto natural en plena bahía y una vida social que se arremolina en torno a la Plaza Independencia. Aprovecha para degustar la gastronomía uruguaya en lugares regios como Jacinto, en el corazón de la Ciudad Vieja, cerca de la Plaza Zabala. O en otros más caseros como De Morondanga, con especialidad en sándwiches. En el Mercado del Puerto te servirán un asado típico de vacuno para chuparte los dedos, y el famoso chivito, un bocadillo de filete de ternera. Un lugar imprescindible para pasear entre músicos, pintores callejeros y puestos de artesanías y souvenirs en los alrededores.
Día 4 y 5: Punta del Este
A menos de 150 kilómetros se encuentra Punta del Este. Puedes llegar allí en autobús desde la Terminal Tres Cruces en Montevideo. Uno de los puntos costeros, o balnearios como allí los llaman, más importantes del país y más perseguidos por la ‘jet set’ del continente. Por primera vez en el viaje abandonas aguas de La Plata para recibir con glamour al Atlántico. Hoteles, playas tranquilas como Mansa o con oleaje ideal para el surf como Playa Brava, yates de impresión en su puerto y excursiones para ver la mayor colonia de lobos de mar de América del Sur en la Isla de Lobos y Gorriti. Extiende tu estancia de dos días a las cercanas regiones de La Barra, Manantiales, José Ignacio o Punta Ballena. Pasarás de lo sofisticado a lo naturista, de lo bohemio a lo chic. Todo en la misma costa.
Días 6 y 7: Cabo Polonio
No creerás que existen lugares tan vírgenes en el planeta hasta que no pises Cabo Polonio. Puedes llegar por las carreteras 9 y 10 desde Punta del Este y tardarás unas dos horas pasando por Rocha. Parte de su encanto reside en su no tan sencillo acceso. En este parque natural las carreteras no existen, así que tendrás que caminar los siete kilómetros entre dunas desde Barra de Valizas o hacerlo en un todoterreno autorizado. ¿Qué encontrarás allí? Casetas (ranchos) bohemias sin luz, ni electricidad, ni agua corriente. Desconexión en estado puro con vistas al océano y a su faro del siglo XIX.
Días 8, 9 y 10: Punta de Diablo y Santa Teresa
De similares características pero mucho más movido, sobre todo en verano, es Punta del Diablo, otro de los imprescindibles de Rocha. Centro de reunión de jóvenes uruguayos, brasileños y argentinos, con bares hippies y locales de artesanías. Descubrirás varias playas oceánicas (de la Viuda, de los Pescadores, de Rivero o Grande) regadas por casitas pesqueras donde acampar y vivir al aire libre mientras comes empanadas en sus puestos y disfrutas en sus discotecas hasta el amanecer. Visita también el Parque Natural de Santa Teresa y su fortaleza. Es momento de poner rumbo al aeropuerto de Montevideo o cruzar la frontera de Brasil (a sólo 50 kilómetros) y continuar tu aventura.