De comer en un italiano o un chino a hacerlo entre zombies o con Hello Kitty de anfitriona. Son los restaurantes temáticos. En ellos, comer será de todo menos aburrido.
Tomar rollito de primavera y pollo con almendras viendo correr el agua de unas cataratas en dos dimensiones en un restaurante llamado ‘Muralla china’ es algo que todos hemos hecho alguna vez, sin importar si estábamos en Granada, México o Nueva York.
Con los italianos sucede algo similar: locales con olor a bolognesa y queso, con estética Al Pacino, sin necesidad de visitar Italia. Precisamente estando fuera de Italia, pues la gracia de comer en un chino o italiano es hacerlo fuera de esos países. Lo mismo sucede con las demás gastronomías ‘regionales’. A veces incluso, además de pasar del plato a las paredes, se ambienta con música. Suele ocurrir con los griegos, donde los camareros interpretan danzas mientras comes una musaka; o los restaurantes andaluces en Londres, donde te sirven tortilla y gazpacho a toque de flamenco.
Pero el concepto de restaurante temático ha ampliado su recorrido: ahora consiste en ambientar el local sobre un tema concreto. Hay para todos los gustos. Un ejemplo es el restaurante Hello Kitty, en Hong Kong, donde todo tiene que ver con la famosa gata. El primero en el mundo de los Hello Kitty Chinese Cuisine abrió el 1 de junio de 2015 y aseguran servir “alimentos naturales y orgánicos”. “Los cocineros tienen cuarenta años de experiencia en cocina cantonesa, y producen platos frescos con ingredientes de cinco colores naturales”. Así, hacen hincapié en “el color, aroma, sabor, nutrición y presentación de cada plato”, de modo que se desvinculen de “los estereotipos asociados a restaurantes temáticos, que se centran sólo en la apariencia”.
Locales temáticos en Madrid
En Leganés (Madrid) está uno de los muchos restaurantes temáticos abiertos en España con el objetivo de ofrecer ocio, además de comida. En este caso se trata de ‘La cuchara mágica’, con espectáculos de magia, ilusionismo y humor para ambientar la velada.
Esta tendencia de aunar espectáculo y oferta gastronómica es cada vez más común, y suelen ser muy demandados para despedidas de solteros, cumpleaños, o –el último grito– fiestas de divorcios. Restaurantes ambientados en los años 80, que ofrecen karaoke ‘ochentero’ a ritmo de sangría y un menú al que llaman ‘La movida’. El tiempo del placer está ambientado en el Chicago de los años 20 y los espectáculos tienen “un punto picante”.
Se ha escrito un crimen es el nombre de un restaurante cuya temática queda clara. Aunque para los despistados, el menú se llama ‘Jessica Fletcher’. Misterium mezcla humor y enigmas con actuaciones y juegos. Lo más curioso es que para llegar al local, los comensales han tenido primero que averiguar mediante una serie de pistas, dónde se ubica el restaurante. Una línea similar tiene Zodiac: “detectives, asesinatos, intriga y misterio”.
Otro clásico de despedidas es el restaurante Esto es Hollywood, con el menú ‘Grease’, y un photocall previo. O Furovisión, con karaoke y fiesta. Elkuru se define como el “gran gurú de la risa”, pues ‘Kuru’ significa literalmente “morir por un ataque de risa”.
Comer en otras épocas
Restaurantes que trasladen en el tiempo hay varios. La máquina del tiempo, también en Madrid, es uno de ellos. Aunque para tiempos totales, el cementerio. El restaurante Extremaunción, en Toledo, ofrece –solo parar entrar en situación– barra libre de sangre, ensalada de Sinfonía de hojas y brasas del infierno de segundo. En esa misma línea está Donny Dirks, en Minneapolis, en el estado de Minnesota, donde justifican tener un restaurante ambientado en muertos vivientes explicando que durante cinco meses al año hace tanto frío que para zombies, los que se ven por las calles. “Los zombies deambulan por el suelo helado”, bromean desde el restaurante.
El bar museo HR Giger, en Château St. Germain (Gruyères, Suiza), llama la atención porque su interior recrea una zona cavernosa, cubierta de estructuras de esqueletos donde las vértebras son las que forman los arcos. Los visitantes creerán estar comiendo en el interior del esqueleto fosilizado de una ballena. Además, este café museo se ubica sobre una colina, en una fortaleza medieval, con paredes que forman laberintos, en las que se exhiben los trabajos del escultor suizo que dio nombre al local.
En los restaurantes agrupados por la cadena Roller Coaster Restaurant la decoración se ha ‘zampado’ al personal. El local está completamente robotizado. La comida se pide por ordenador y los platos llegan a la mesa por algo similar a una montaña rusa. Reino Unido, Dinamarca, Alemania, Polonia, Kuwait o los Emiratos Árabes ya cuentan con franquicias de estos restaurantes.