Lo reconocemos: la apertura de un hotel dirigido por robots nos ha provocado tanta curiosidad como pánico. Te invitamos a que lo conozcas de cerca.
Imagínate la situación: llegas con tus maletas hasta el hotel Henn-na dispuesto a hacer el ‘check in’ cuando un recepcionista con forma de dinosaurio te pregunta, educado, si quieres contratar el desayuno. Lo primero que haces es acusar al maldito ‘jetlag’ de haberte jugado una mala pasada, y te frotas los ojos, pero el dinosaurio sigue allí esperando tu respuesta. Así que al final lo asumes: el mundo se ha vuelto loco. Como sacado de una película de ciencia ficción se nos plantea este hotel de cinco estrellas situado en la prefectura de Nagasaki. Te presentamos al equipo, pero no te encariñes: no tienen corazón. Y es que por muy funcionales que sean, no encontrarás aquí un recepcionista empático que pueda percibir si has pasado mala noche. En su lugar, robots con forma humana o un dinosaurio robot que recibe a los huéspedes que hablan inglés. Además, otro tipo de robots más ‘clásicos’ llevan el equipaje, organizan la ropa y limpian este hotel de 72 habitaciones. Y una vez dentro de la tuya, la última innovación tecnológica sigue siendo líder: sensores que apagan las luces cuando no estás, reconocimiento facial para que no estés pendiente de no perder la llave o la tarjeta, aire acondicionado de última generación o pedir lo que se te antoje al servicio de habitaciones por medio de una ‘tablet’. Y todo ello con el objetivo de reducir al máximo el consumo de electricidad.
Una vez hayas asumido la situación, sólo te queda elegir entre los tres tipos de habitaciones que oferta Henn-na: la estándar, la superior y la de lujo, con capacidad para cuatro personas. Todas se caracterizan por un diseño elegante, pero muy simple, y sobre todo una gran funcionalidad. Lo cierto es que a pesar de lo estrambótico, el hotel ha tenido tanto éxito que ya planean construir 72 habitaciones más en el próximo año. Será una manera de demostrar, de nuevo, que muchas veces la realidad supera la ficción.
Mucho más en el parque de atracciones Huis Ten Bosch
El hotel forma parte de este complejo, ubicado en la prefectura de Nagasaki, considerada una ‘ecofriendly future city’ por sus características respetuosas con el medio ambiente. Este espacio recrea a tamaño real los Países Bajos a través de copias de los antiguos edificos neerlandeses. El parque recibe el nombre de un palacio homónimo en Holanda, hoy día una de las cuatro residencias oficiales de la familia real holandesa en la ciudad de La Haya.
Podrás recorrer el parque en bicicleta o caminando y disfrutar de los diversos espectáculos que se ofrecen: la aventura espacial Grand Odyssey, laberintos, espectáculos con cataratas en vivo o teatros digitales.
La belleza de Nagasaki
Nagasaki es una de las ciudades japonesas más famosas del mundo. Más allá de su triste fama, derivada de la explosión de la bomba atómica durante la Segunda Guerra Mundial, cuenta con algunas paradas obligatorias que no puedes perderte en tu viaje, además del Parque de la Paz.
En la ciudad se encuentra la iglesia cristiana más famosa de Japón, la iglesia Oura, y un museo al aire libre de mansiones de estilo occidental conocido como Jardín Glover. Además, cuenta con el Santuario de Confucio, un templo de tejas amarillas construido en 1893 que en la actualidad funciona como Museo Histórico de China. Otras paradas obligatorias son el barrio de Chinatown; la visita al Monte Inasa, para disfrutar de unas espectaculares vistas de la ciudad; y la isla-ciudad abandonada de Gunkanjima, que solo puede verse desde un paseo en bote.
Los robots toman ventaja
El caso del hotel Henn-a en Nagasaki es, quizás, el más extremo en lo que se refiere al uso de robots y tecnología para atender a los clientes pero no es el único. Lo cierto es que los robots ganan ventaja poco a poco al agilizar y facilitar el trabajo en los hoteles. Es el caso de Relay, un robot que ya está presente en al menos cuatro hoteles de Silicon Valley. Relay tiene la capacidad de navegar en ambientes complejos, es decir, de moverse por el hotel sin tropezar con mobiliario o clientes y resulta muy útil para dinamizar el servicio de habitaciones. Esta es, sin duda, su labor principal. Relay se encarga de llevar desde la recepción o la cocina aquello que ha solicitado el cliente hasta su habitación. Pero esto no es todo, también es capaz de llamar al ascensor vía remota, llamar al teléfono de la habitación cuando llega y le pregunta al cliente si está contento con el servicio para marcarse un baile antes de marcharse si es así.
En apenas un año, estos robots ya han recorrido más de 1.000 kilómetros y han hecho al menos 5.000 entregas. Y es que Relay no quiere usupar empleos ni sustituir a personas, sino facilitar el trabajo de estas y ayudar a los hoteles a mejorar el servicio al cliente.