Si algo puede distinguir al idílico Algarve del resto de regiones portuguesas es su abundancia de sol y bellas playas donde el descanso está asegurado.
La región de Algarve, situada en la parte inferior del país, recoge la mayoría de la herencia del periodo islámico de Portugal debido a su proximidad al antiguo califato de Córdoba. Dotada de increíbles paisajes costeros y bendecida con un agradable clima durante prácticamente todo el año, esta zona es una de las más visitadas por los turistas, lo que explica los numerosos complejos turísticos existentes en la zona.
Ruta Días 1 y 2
Comenzamos la ruta en Sagres, una localidad que posee el indudable atractivo de hacer sentir al viajero que, tal y como pensaban en la Edad Media, uno se encuentra en los confines del mundo. Aquí estableció Enrique el Navegante la prestigiosa Escuela de Navegación de la que saldrían grandes descubridores como Fernando Magallanes, Pedro Álvares Cabral y Vasco de Gama. De la playa situada entre el Cabo de Sagres y el de San Vicente partieron la mayoría de los viajes descubridores que hicieron grande a Portugal.
Otro lugar que no debes perderte es Tavira, una ciudad de origen romano posee una gran riqueza monumental y artística. La zona más atractiva es la de la ribera del río Gilao, en la que se extienden jardines bordeados de cafés hasta llegar al Mercado del Puerto y que invitan a un agradable paseo. Tavira está llena de restaurantes y sencillos bares de pescadores en los que se pueden degustar excelentes menús en los que casi siembre habrá un gran filete de atún, cuya pesca sigue siendo el principal soporte económico de sus habitantes. Desde la zona conocida como Castelo se pueden divisar las 37 iglesias de la ciudad.
Ilha de Tavira es una maravillosa isleta a la que se accede en trasbordador que ofrece largas playas de dunas salpicadas con bares y restaurantes en los que degustar la pesca del día.
Este segundo día finaliza en Cabo de San Vicente, que el auténtico fin del mundo para los romanos y ofrece unas indescriptibles puestas de sol. El pasado histórico fue borrado por el terremoto y actualmente solo queda el faro y las ruinas de un monasterio capuchino del S. XV.
Ruta Día 3
El tercer día visitaremos Lagos, una importante ciudad histórica, fundada en el S. XV como un pueblo de pescadores que pronto se convirtió en un destacado puerto comercial y turístico rodeado de murallas. Abundan en Lagos tanto los recuerdos del pasado como las extraordinarias playas. Uno de sus principales sitios de interés es el Museu Municipal. Aquí se pueden contemplar muchos restos de las épocas pasadas, así como raras colecciones que van desde los mosaicos romanos a los fetos de animales amorfos. Otro de sus atractivos es la Igreja de Santo Antonio.
Esta iglesia sobrevivió a los devastadores efectos del terremoto de 1755, pocos años después de ser terminada. En su interior se encuentra uno de los mayores tesoros artísticos del Algarve, compuesto por un gran conjunto de talla barroca de Gaspar Martins y de Custódio de Mesquita. Sus paredes están revestidas de azulejos en azul y blanco, característicos del S. XVIII.
Su Forte Ponta de Bandeira, construido en el S. XVII para proteger la entrada del puerto, sobrevivió a los devastadores efectos del terremoto de 1755. Su interior incluye una capilla dedicada a Santa Bárbara y exquisitamente decorada con azulejos del S. XVIII. A día de hoy sirve regularmente de escenario para espectáculos y muestras de arte.
Las Murallas circundan la ciudad y datan del S. XVI. En ellas destaca la puerta de São Gonzalo, presidida por dos grandes torres.
Lagos también conserva las ruinas del tristemente conocido como primer mercado de esclavos de Europa y que data de la época del apogeo del comercio con África a partir del S. XV. Actualmente este espacio es utilizado para realizar exposiciones.
Ruta Día 4
En la desembocadura del río Arade, Portimao se presenta como importante puerto pesquero y una de las mayores poblaciones del Algarve. La ciudad antigua quedó destruida por el terremoto de 1755, pero la ribera del río y el puerto, llenos de cafés y restaurantes son un excelente lugar para degustar las capturas del día, especialmente las sardinas a la plancha. Tampoco conviene perderse el gran mercado que se organiza todos los lunes.
A 1 km al sur de Portimao se encuentra Praia da Rocha, uno de los primeros enclaves turísticos del Algarve. Posee una magnífica playa enmarcada por magníficos acantilados y un antiguo fuerte.
Ruta Día 5
Este día vamos a realizar una parada en Silves, una ciudad llena de historia y rodeada por un imponente anillo de murallas de color rojizo. Se puede dedicar la jornada a pasear por sus calles y, por qué no, a tomar una copa en los cafés del mercado y disfrutar con el bullicio que se forma en él. Entre los lugares de interés turístico que se pueden visitar en la localidad hay que citar: las murallas de origen árabe (desde donde se aprecian preciosas vistas de la ciudad) la Catedral (que conserva sus dos anchas torres góticas) y el Museo de Arqueología (dedicado a la historia de la ciudad).
Ruta Día 6
Siguiendo por la costa hacia el oeste, Albufeira tiene magníficas playas situadas en 12 calas con acantilados, caprichosas formaciones rocosas y cuevas que le dan un particular aspecto a toda esta franja costera. La ciudad en sí es coqueta y acogedora, con ciertas reminiscencias árabes y multitud de pequeños comercios en los que adquirir los más variados recuerdos. Los alrededores de Albufeira contienen magníficas playas que poco a poco se van transformando con impresionantes y modernas urbanizaciones, como las de Sao Rafael, Castelo y Galé, situadas al oeste y hacia el interior de Albufeira. Para aquellos que prefieran menos comodidades y más tranquilidad destacan las playas de Oura y Olhos de Agua, poco urbanizadas y delimitadas por unos espectaculares acantilados de color ocre, ó las de Falésia y Aldeia das Açoteias, caracterizadas por sus acantilados rojizos y su gran tamaño. Asimismo se pueden realizar excursiones al Vale de Parra (a unos 15 minutos de la costa) ó disfrutar de una partida en el campo de golf de Salgado. Este último, dotado de varios lagos, constituye todo un reto incluso para los golfistas más veteranos.
Ruta Día 7
La ciudad de Faro es sin duda la capital de la región y su centro artístico y monumental. Se puede considerar también que el Algarve está básicamente dividido entre al este y al oeste de Faro, siendo el oeste la zona más explotada turísticamente. Faro es una población dotada de un encanto único y con una larga historia a sus espaldas que ha sabido sobreponerse a invasiones y terremotos así como al turismo.
Hacia el este se extienden las playas de hermosos pueblos como Olhao y Tavira, donde el descanso y el silencio se convierten en una realidad. Aunque quedan pocos edificios antiguos, Faro tiene un bonito centro histórico donde se sitúan algunas de las construcciones más antiguas. Disfrutar de los deportes marítimos es otro de sus grandes atractivos.
La Catedral de Faro fue construida en el S. XIV y se encuentra situada en la zona conocida como Largo da Sé. Es uno de los monumentos más importantes de casco antiguo y está decorada con talla dorada, mármol, azulejos, esculturas y pinturas que hacen de este conjunto arquitectónico uno de los más valiosos del periodo de los siglos XVII y XVIII. Su interior consta de tres naves con columnas de orden toscana y dos capillas del crucero que, junto a la torre del campanario, forman parte de una edificación anterior. Destacan de entre sus numerosas obras el retablo de la capilla mayor, los azulejos del S. XVII y las capillas de Santo Lenho y de Nossa Senhora de los Placeres.
Igreja do Carmo, otro de sus principales atractivos, es un edificio de grandes dimensiones con una gran fachada y dos torres campanario. En su interior se encuentra la Capela dos Ossos, que tiene las paredes recubiertas de huesos humanos procedentes del cementerio monacal cercano y unos altares laterales revestidos con tallas doradas del S. XVIII junto a varias imágenes religiosas.
Praia de Faro es la playa urbana de la ciudad y una muestra de las isletas arenosas que se encuentran al este en la frontera española. Se accede a ella en un servicio de transbordador, y aunque está un tanto masificada, andando un poco se pueden encontrar zonas tranquilas para darse un baño.