Os acompañamos en la aventura de cruzar algunos de los puentes con más encanto del mundo.
La llegada del siglo XX trajo consigo la construcción de nuevos puentes que también se han convertido en un símbolo para sus respectivas ciudades. Es el caso del Sydney Harbour Bridge, también conocido como el Puente de la Bahía de Sydney, abierto al público en 1932 y que soporta 8 carriles para automóviles, 2 líneas de ferrocarril y una ciclovía.
Poco después, en 1937, se alzaba sobre la bahía de San Francisco el puente más llamativo de los que existían por entonces, el Golden Gate, que une con sus casi 3 kilómetros de longitud la ciudad de San Francisco y Sausalito. También de color anaranjado es el Puente 25 de abril. Se localiza en Lisboa y cruza el estuario del río Tajo. Su construcción finalizó en el año 1966 y para ella se utilizaron miles de toneladas de acero.
Estambul también cuenta con otro puente colgante emblemático. Nos referimos al Puente del Bósforo, una estructura de acero de más de un kilómetro de longitud, que une la parte asiática con la parte europea de la ciudad. Con una mágica forma de arpa, el arquitecto Ben van Berkel construyó el Puente de Erasmus o Erasmusbrug en 1996. Desde entonces, la ciudad de Rotterdam disfruta de esta magnífica y moderna pasarela, que costó unos 75 millones de euros.
¿Habías imaginado alguna vez que sería posible la existencia de un puente totalmente curvo suspendido en el vacío? Pues este puente existe, se llama Skybridge y se encuentra en Langkawi, Malasia. Su estructura se sustenta en un enorme pilar de 87 metros de altura y son muchos los que lo consideran el puente más espectacular del planeta. En el mismo año que acabó la construcción del Skybridge (2004) lo hizo la del Viaducto de Millau, situado en la región francesa de Aveyron. Cantidades ingentes de acero y hormigón, además del trabajo de unas 3.000 personas fueron necesarias para elevar este puente sobre el río Tarn.
Finalmente tenemos que hablar del Hangzhou Bay Bridge, el puente más largo del mundo que atraviesa el mar. Como particularidad hay que señalar que en la mitad de este gigante puente chino se construyó una isla artificial donde hoy se localiza una gasolinera, un hotel, un restaurante y un área de descanso. El coste de esta maravilla arquitectónica superó el billón y medio de dólares.