¿Conoces las fallas de Boí? ¡Pues ya tienes plan para junio y julio!
Si quieres hacer un viaje diferente y disfrutar de las fiestas populares del mundo rural, aquellas que están ligadas a ciclos agrarios y solares, te proponemos las fallas de Boí. No te pierdas una tradición en la que se enciende el fuego como símbolo del sol y se baja de la montaña para purificar los campos y bosques. El objetivo es alejar los malos espíritus de la población.
Es un buen plan para realizar en junio y julio. Las tradiciones se mantienen, año tras año, y no solo como una herencia del pasado. Hay que conocer los detalles de cada fiesta y a la gente del territorio que la celebra como un hecho propio, ya que los más pequeños aprenden de los mayores.
Interés internacional de la fiesta
Esta fiesta de las fallas tiene lugar en más de sesenta pueblos de los Pirineos y zonas aledañas, y ha sido reconocida como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco. En total, te hablamos de 34 localidades de Francia, 17 de Cataluña, 9 de Aragón y 3 en Andorra.
Bajo el título «Las fiestas del fuego del solsticio de verano en los Pirineos: Falles, Haros i Brandons» esta tradición pasa a ser reconocida a nivel mundial. El fallo de la Unesco determinó el importante desarrollo del arte y la arquitectura románica de algunas iglesias como testimonio de los profundos intercambios culturales en la Europa medieval y, en particular, a través de la barrera montañosa de los Pirineos».
La bajada inicial, que tiene lugar en la localidad la Vall de Boí es la de Durro, allí se desarrolla la fiesta de San Quirico. Posteriormente, en San Juan se bajan las fallas de Barruera y Boí. En el mes de julio, tendrán lugar las de Erill la Vall y las de Taüll.
Tradición e historia de las fallas
Las fallas son troncos resinosos de 2 metros de largo con forma determinada, según rigen las diferentes tradiciones. Debes saber que se hacen con tea de pino y se pegan a un mango de fresno o avellano con puntas y alambres. Hay una gran variedad que se denominan «rantiners» y son de una sola pieza.
Cada año, los jóvenes son los encargados de cortar los pinos altos y frondosos para ser plantados en un sitio elevado y visible de la montaña que se denomina “faro”. También se prepararán las «falles», unos troncos resinosos que tienen dos metros de longitud. El día que tiene lugar la bajada se encenderá una hoguera por donde bajarán los fallaires, haciendo quemar esta falla para iniciar el descenso hacia el pueblo.
Cuando termina la merienda, tiene lugar el encendido del faro y, posteriormente, las fallas. Luego se comienza a bajar, y se anda el primer tramo pendiente y seguidamente se corre hasta llegar al pueblo. Una vez aquí, serán los músicos quienes tocan las tonadas y recorren las calles para finalmente lanzarse a las hogueras.
Esta fiesta vinculada al culto solar está ligada con la celebración del solsticio de verano, en la antigüedad tuvo unos ritos que hoy en día desconocemos.
¡Añádelas a tu lista para este verano y empápate de tradición!