Viajar a lugares fríos puede ocasionarnos pereza, pero algunos destinos merecen una visita especial cuando el mercurio baja.
Reikiavik, Islandia
A pesar del cambiante paisaje respecto a otras estaciones, durante el invierno la capital de Islandia no resulta tan fría como imaginamos. Una corriente cálida del Golfo de México suaviza en gran medida las temperaturas.
Los meses de invierno son los mejores para conseguir ver auroras boreales y para bañarse en las termales aguas calientes del Lago Azul. Sacar la cabeza para sentir el frío mientras el resto del cuerpo permanece a una temperatura de unos 40*C, es una sensación única.
A los alrededores de Reikiavik, el turístico triángulo dorado es cubierto por una capa blanca y parte de sus cataratas se congelan.
Chamonix, Francia
Chamonix se convierte en una de las ciudades más cosmopolitas durante el invierno, momento en el que cientos de alpinistas y amantes de otros deportes de invierno, se dan cita. La montaña más alta de los países que forman la Unión Europea, el Mont Blanc, conquista. Esquiar frente a ella en el valle de Chamonix es una experiencia espectacular.
La mejor forma de llegar a la ciudad francesa es volar hasta Ginebra y, desde allí, recorrer en autocar 100 kilómetros de bonitos paisajes nevados, si viajas en invierno, o de infinitas tonalidades verdes u ocres si lo haces en otra estación. Uno de los hoteles de montaña que cabe recomendar es el Auberge du Bois Prin, desde el que se divisa la estampa del Mont Blanc.
Sierra Nevada, España
Las vistas de Sierra Nevada desde la Alhambra impresionan en cualquier época del año, pero el invierno acentúa su belleza. A 32 kilómetros de Granada, el Parque Nacional de Sierra Nevada cuenta con 79 pistas en la estación de esquí localizada en el punto más meridional de Europa. En este rico entorno se pueden practicar otros deportes, como senderismo o barranquismo, mientras el pico Mulhacén, de 3.481 metros, presencia el paisaje. Y a una hora escasa de Granada, el mar invita al descanso.
Laponia, Finlandia
En la Laponia finlandesa el frío transforma completamente la zona norte del país. Rovaniemi, la ciudad oficial de Santa Claus, es especialmente mágica durante el invierno y ofrece divertidas actividades como montar en moto de nieve o en trineo tirado por renos. Ylläs, se convierte en la estación de esquí más extensa de Finlandia con 62 pistas y la posibilidad de practicar esquí de fondo en los 337 kilómetros que tiene especialmente preparados para ello. Levi, es otra de las estaciones de esquí más grandes y además permanece abierta todo el año. Sus pistas están dirigidas, especialmente, a esquiadores principiantes e intermedios.
Niseko, Japón
Cuatro complejos de esquí forman Niseko: Grand Hirafu, Janazono, Niseko Village y Annupuri. Niseko está situado en la isla de Hokkaido en Japón, y hasta allí se acercan cada año miles de turistas. Llegar al paraíso del esquí japonés lleva dos horas de coche desde la ciudad de Sapporo. Tras un agotador día descendiendo por sus modernas pistas de nieve polvo, sumergirse en las aguas termales de Makkar es la mejor opción para relajarse.
Zermatt, Suiza
En este curioso pueblo alpino sólo se puede circular en coche eléctrico o en carro tirado por caballos, por lo que la mayoría de sus calles son peatonales y gozan de gran tranquilidad. Para acceder a Zermatt, lo más conveniente es tomar un vuelo a Ginebra y posteriormente hacer un recorrido de tres horas en tren hasta la estación del pueblo. Para los que buscan esquiar, éste es uno de los 10 mejores lugares del mundo para ello. Cuenta con pistas de varios niveles, siendo las de la montaña Matterhorn las elegidas por los deportistas más experimentados. De hecho, en Klein Matterhorn hay un glaciar en el que esquiar en cualquier época del año es posible.
El pueblo es conocido por sus fiestas de la luna llena, en las que es común subir a los picos más altos de las montañas suizas, cenar quesos típicos de la zona y bajar por la pista iluminada por la luz que irradia la luna.
Aspen, Estados Unidos
En el valle de Roaring Fork, en el estado americano de Colorado, el Parque Nacional White River de las Montañas Rocosas acoge un enorme complejo con pistas de esquí, donde los famosos practican el deporte de invierno. A las faldas de las montañas y rodeado de un precioso paisaje de álamos (‘aspen’ en inglés), se esconde este pueblo de aires victorianos. En Aspen no falta oferta cultural ni nocturna, tiendas y bares a la última moda se entremezclan en sus tradicionales calles.
Tromso, Noruega
A pesar de sus temperaturas bajo cero, la ciudad de Tromso es una de las zonas comerciales y culturales más importantes de Noruega. Formada por una parte continental y varias islas, en su mayoría deshabitadas, es conocida por ser uno de los mejores destinos para disfrutar de cielos de auroras boreales, durante el invierno, periodo en el que nunca sale el sol, y del sol de meadianoche en el verano, cuando éste no se pone. Tromso se sitúa a unos 350 kilómetros del Círculo Polar Ártico, por lo que es recomendable llevar varias capas de ropa gruesa para protegerse del frío polar.