Quién no ha soñado en ir a Cuba?
Pues aquí va mi primer blog donde os explicaré un viaje de 15 días a Cuba en los que aparte de conocer media isla os relataré mi experiencia con los lugareños, estáis preparados? Pues ahí va la primera parte de esta maravillosa experiencia…
Empieza mi viaje a Cuba
Partimos de Barcelona haciendo escala en Frankfurt hasta llegar a la Habana, una vez allí cogimos un taxi, primera regla antes de empezar vuestra aventura por Cuba, siempre regatear en los precios iniciales que os den, normalmente en el aeropuerto ya los tienen bastante estipulados, pero fuera de él no os dejéis engañar que son muy avispados los cubanos.
Cada viaje es un mundo y se vive de una manera diferente, este no podía ser menos y por eso decidimos lanzarnos totalmente a la aventura para poder vivir y palpar esa esencia cubana que tanto atrae, y que mejor manera que integrarnos por completo en ellos, en sus costumbres, su manera de moverse, en cómo piensan, su manera de ver la vida… todo un mundo que nos retaba a conocer.
Nuestra primera estancia que teníamos cogida fue en una casa particular de cubanos que buscamos previamente por internet antes de partir, en Cuba se estila muchísimo el alquiler de habitaciones en sus propias casas, todas ellas son legales donde en la puerta de la entrada tienen un cartelito acreditando su permiso, no he vivido nunca una experiencia tan enriquecedora como esta, todo nuestro viaje fue ir de casa en casa compartiendo muchos momentos con ellos, una experiencia única e irrepetible, a la que recomiendo 100%.
Una vez llegamos a la habitación y después de todo el cansancio acumulado del viaje, un simpático chico cubano que conocimos en la casa nos ofreció salir y conocer un poco el ambiente que se vivía por las calles de la Habana, y sin dudarlo aceptamos. Los cubanos son encantadores, amables y siempre reciben a los turistas con los brazos abiertos, así lo pudimos percibir, con lo cual no dejamos pasar esa oportunidad y nos adentramos en su interior, nos llevó a “King bar” en Vedado, un pub y restaurante muy conocido donde se suelen reunir todos y en cuestión de minutos pasamos de ser tres a diez, son muy sociables e intentan integrar a los turistas de una manera muy cómoda y natural.
Después de pasar una divertida noche nos retiramos para poder descansar y coger el día siguiente con fuerzas. Simpatizamos tanto con el chico, que se ofreció para hacernos un poco de guía por la ciudad, algo que nos dejó bastante asombrados ya que no buscaba nada a cambio, simplemente compartir su tiempo con nosotros y aprender de nuestras costumbres. Si necesitáis ayuda para buscar hospedaje o si tenéis cualquier tipo de pregunta, el estará totalmente abierto a contestar y resolver cualquier tipo de duda sobre vuestro viaje, le podéis encontrar en Facebook como Yuri Castellano Rosillo, no lo dudéis y os animo a que podáis vivir un poco más la esencia cubana llevada de la mano de uno de ellos.
La Habana, Cuba
Al día siguiente nos dedicamos a recorrer la Habana descubriendo los rincones más emblemáticos y auténticos como el capitolio, el cine playret, el antiguo edificio Bacardi, el Gran Teatro de la Habana… todo un mundo lleno de mucha historia, detrás del capitolio se encuentra la fábrica de Tabaco de Patargas y justo al lado, una bonita exposición de trenes que tienen más de 100 años, muy atractivo y curioso para visitar, pero el paseo no se quedaba allí, sino que continuaba perdiéndonos entre las muchedumbres que habitaban esas calles coloniales, olor a calor, tabaco y ron.
La Habana es una ciudad colonial combinada con una impresionante vista desde el Malecón a una moderna zona en Vedado, como curiosidad, saber que en Cuba utilizan dos tipos de monedas, los CUC y los Pesos cubanos, los taxis para ir de un sitio a otro dentro de la Habana no son más de 10 cuc y los taxis colectivos son 10 pesos cubanos.
Esa misma noche Yuri nos ofreció salir de nuevo y darnos a descubrir otros sitios típicos de allí, este no nos lo podíamos perder, fuimos a la Fábrica de arte, un museo que abren de jueves a domingo de 20:30 a 3:00h, está abierta todos los meses del año excepto enero, mayo y septiembre, si tenéis la oportunidad os recomiendo que vayáis, es un museo que se convierte en discoteca con varias salas de baile, una terraza y una sala con una pantalla donde proyectan documentales y algunas veces alguna película, la verdad es que me sorprendió bastante y me dejó encantada con aquella salida nocturna.
Otro de los sitios que me gustó visitar fueron las playas que tanto les caracteriza, nos fuimos a las playas del este, más concretamente a Mar azul, accedimos a ellas a través de los taxis compartidos a 30 minutos de la Habana, son playas de arena blanca, largas y llenas de palmeras por todos los lados, haciendo contraste con sus aguas color turquesa, playas salvajes que tienen un encanto especial, eso si, hay que vigilar mucho donde colocarse ya que de vez en cuando van cayendo algún que otro coco. Una de las cosas que me llamó más la atención es la costumbre que tienen los cubanos de hacer sus quedadas en la playa y siempre acompañados de sus botellas de ron, tanto en la arena como en el agua, sus sonrisas y su manera de vivir la vida, sin preocupaciones y siempre con una actitud positiva, es toda una lección de vida de la que todos deberíamos aprender.
Otra cosa a tener en cuenta es el alto índice de robos que se dan en las playas, de vez en cuando van pasando policías por la playa alertando a los turistas de no dejar sus pertenencias a la vista y sin que alguien las controle, así que tuvimos que bañarnos a turnos aunque alguna vez las dejábamos al descubierto sin quitarles ojo con tal de poder disfrutar todos juntos de un baño en esas aguas cálidas del caribe.
Uno de los atractivos que tiene Cuba, es poder presenciar y sentir su música y su salsa, así que aquí os dejo algunos de los sitios más conocidos para visitar y que no os podéis perder, como los Jardines 1830, en el Malecón, cerca del río Almendares, la casa de la música de Miramar, la Casa de la música de centro Habana y la casa de la música del Vedado, ésta es nueva de hace muy poquito, a ver quién se anima a dejarse llevar por ese ritmo cubano que tanto incita al escucharlo.
Pasado unos días de callejear y perdernos por esos rincones que nos ofrecía la Habana, era hora de empezar a mover maletas e iniciar la aventura hacia el interior, a perdernos y dejarnos sorprender.
Continua… 2ª Parte viaje a Cuba de «Natalia por el Mundo»