Es una de las fiestas más globales y en cada rincón del planeta se celebra de manera diferente. Descubre otros destinos carnavalescos más allá de los típicos y tópicos.
Los primeros festejos similares a lo que hoy conocemos como carnaval se celebraron hace 5.000 años: existen algunas evidencias que demuestran que el pueblo sumerio ya se disfrazaba y se pintaba la cara. Aunque los antecedentes de la celebración tal y como la conocemos actualmente tienen que ver con las festividades romanas en torno al dios Saturno, lo antiguos Saturnales. Cada sociedad ha ido adaptando este rito a su cultura y costumbres. Desfiles y samba en Río de Janeiro, máscaras y elegantes trajes en Venecia… Y otros curiosas tradiciones no tan conocidas.
Mardi Gras, la fiesta más loca de Nueva Orleans
El Carnaval de Nueva Orleans (Luisiana, EEUU) se ha convertido en una fiesta alocada, incluso salvaje, en la que los locales apuestan por dejar en casa el disfraz e ir ligeros de ropa. La jornada principal es el martes, Mardi Gras, también conocida como ‘Fat Tuesday’ (este año, 9 de febrero), y que da nombre a toda la celebración.
Los orígenes de Mardi Gras provienen de la Europa medieval y de la Roma del siglo XVIII, y fue extendiéndose durante el XIX por las colonias francesas. A Nueva Orleans llegó con los colonizadores Iberville y Bienville, que bautizaron con este nombre al primer ‘bayou’ (río) con el que se toparon. Se estableció como celebración pública de la ciudad en 1827, cuando unos estudiantes imitaron lo que habían visto en París. Desde entonces, agrupaciones de la ciudad se organizan para preparar máscaras y disfraces y asistir a los desfiles.
Uno de los elementos principales del Mardi Gras son los collares. Antes eran de perlas, ahora de plástico y en llamativos colores. Se compran en casi cualquier comercio de la ciudad para regalar o intercambiar, y las asociaciones intentan atesorar el mayor número posible. Otra de las tradiciones son las roscas o ‘king cakes’ y las mejores son las de la pastelería Gabino.
Los Gilles de Binche
A sesenta kilómetros al sur de Bruselas está la región de Binche, cuyo carnaval está considerado Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO desde 2003. Es toda una celebración del folklore local y de las tradiciones orales de la región. Dura tres días (del 7 al 9 de febrero), pero la preparación supone varios meses de trabajo para sus habitantes y es el evento más importante de la ciudad, con la intervención de varias asociaciones de la ciudad.
Tiene su origen en la Edad Media y es una de las celebraciones de este tipo más antiguas de Europa. La leyenda lo atribuye al siglo XVI, cuando María de Hungría organizó una llamativa fiesta de disfraces en honor a Carlos I y a Felipe II. Hoy, los protagonistas de los desfiles son los Gilles, con sus trajes rojos, amarillos y negros y sus máscaras de cera. El gran día del Carnaval (el martes) pasean por la ciudad acompañados de bandas de música.
Las dos caras del Carnaval de Niza
Durante una semana (del 12 al 18 de febrero), esta ciudad de la Costa Azul se vuelca en los festejos de Carnaval, en los que hay cabida para el humor y para la poesía. Estas dos caras de la fiesta se manifiestan en el corso carnavalesco y en la batalla de las flores, las dos citas fundamentales de la semana. El primero se celebra tanto de día como de noche en la plaza Masséna. Las carrozas de estilo satírico y burlesco desfilan acompañadas de animación por el centro de la ciudad. La fiesta de las flores, en cambio, es una celebración más elegante, más pausada. Se organiza frente al mar y surgió para resaltar el patrimonio floral de la región, que vive sus días de invierno más festivos durante esta semana de febrero.
Cádiz y Santa Cruz de Tenerife, puro espectáculo
Con la consideración de Interés Turístico Internacional, los de Cádiz y Santa Cruz de Tenerife son los carnavales con mayor proyección de todos los que se celebran en España. En la ciudad andaluza (del 4 al 14 de febrero), la música carnavalesca y las chirigotas se escuchan por toda la ciudad. Las agrupaciones se cuentan por cientos y la mayoría preparan sus disfraces durante varios meses. Aunque si por algo es conocido este carnaval es por sus coros, cuartetos, comparsas y chirigotas. El concurso oficial se organiza en el Gran Teatro Falla, pero las agrupaciones que quedan fuera, cantan en la calle, sin jurado, sin límite de tiempo ni de número de componentes. Esa es la esencia del Carnaval de Cádiz, espontáneo, con una fiesta en (casi) cada rincón de la ciudad.
En Santa Cruz de Tenerife, el programa para 2016 está organizado del 3 al 14 de febrero. Todo un espectáculo de ritmo y color con momentos claves como la elección de las reinas del Carnaval o los concursos de murgas, comparsas y agrupaciones musicales. Gracias a las actuaciones de las orquestas, también es posible vivir la fiesta a pie de calle.