Altea
La más romántica de las dos. Es un plan de pareja que nunca falla.
Calle típica de Altea
Las callejuelas que ascienden hacia la cima de la pequeña colina que corona Altea son las arterias del pueblo. El mejor momento del día para recorrerlas es a la hora del atardecer. Con un cielo límpido y teñido de naranja primero y violeta después, las pequeñas casas blancas salpicarán las calles empedradas que te conducen a pequeños miradores salidos de la nada. Restaurantes y bares han habilitado terrazas en varios de ellos y la tentación de sentarte a tomarte algo mientras contemplas el lento discurrir de la vida de los alteanos es algo que atrae con la fuerza de cien gigantes.
Iglesia de las dos cúpulas. Nuestra Señora del Consuelo
La Torre de la Galera y la de Bellaguarda o la Iglesia monasterio de las Carmelitas Descalzas son otros de los monumentos arquitectónicos que se pueden visitar.
La antigua Altea vivía sobre todo de la pesca y la agricultura pero hoy en día es el turismo la principal fuente de ingresos y eso lo puedes notar simplemente caminando por sus calles. Casi el 60% de la población es extranjera. Alemanes e ingleses han elegido esta parte de la Costa Blanca como lugar de retiro. Sin embargo, Altea es un lugar para gente de todas las edades.
Calpe
El complemento perfecto para Altea, Calpe quizás no cuente con tanto encanto romántico como su vecina pero su fuerza natural bate a la villa de la iglesia de las dos cúpulas.
Playa de Calpe
Las playas recuperan la arena que se perdió en la zona de Altea y desde ella divisas una de las formaciones geológicas más característica de toda la costa levantina. Emergiendo de las aguas cual Pan de Azúcar brasileño, se encuentra el peñón de Ifach. Lo he subido en varias ocasiones y no me canso de hacerlo. Es una de las excursiones de un día más bonitas que puedes realizar en toda la provincia de Alicante. Es apto para casi todas las edades y no requiere experiencia técnica ya que, en los escasos tramos que son algo más complicados, han colocado cuerdas para que nos ayudemos a subir. El sendero –debidamente señalizado- te lleva desde la misma base del peñón hasta la cima, a unos 332 metros sobre el nivel del mar (literalmente, en este caso). Desde allí puedes contemplar la playa de la Fossa –al Norte y la más bonita para mí- y la del Arenal-Bol, al Sur.
Peñon de Ifach
Otro de los atractivos naturales de Calpe es las salinas. Tienen la particularidad de encontrarse casi incrustadas en el núcleo urbano a tan sólo unas decenas de metros de la playa del Arenal. Se pueden encontrar más de 150 especies de aves, entre ellas los elegantes flamencos.
Cuando hayáis reposado la comida y echado una buena siesta en la playa os aconsejo que subáis a la ermita de San Salvador, construida en el siglo XVIII, y desde donde podréis tener unas vistas espléndidas de toda la bahía.
Vistas del Peñon de Ifach desde la playa
Nota: Para llegar desde Alicante podéis acceder por la autopista de pago (la A-7) o, si tenéis tiempo para disfrutar de las vistas y las curvas de la carretera costera, la nacional N-332. ¡Disfrutad de mi tierra!.
David Escribano @davidescribano
Es economista de carrera pero viajero y cuentacuentos de vocación. Desde el 2007 es co-editor de Viajablog (@viajablog), uno de los blogs de viajes pionero de la blogosfera y miembro fundador de la agrupación Travel Inspirers. Enamorado del arte de cargar con la mochila y perderse largos meses, ha dado la vuelta al Mundo un par de veces y es un experto en Sudamérica, el Sureste asiático y Oceanía. Lo que más le gusta del viaje es mezclarse con la gente del lugar. Escribe todo en un diario de viaje en papel para contarlo a quien quiera leerle a su vuelta.