El largo fin de semana que nos espera nos brinda una gran oportunidad para disfrutar de un pequeño viaje, anticipo de las ansiadas vacaciones estivales.
1. Granada
Si hay una ciudad que deslumbra por su encanto en esta época del año esa es Granada, donde su gastronomía, artesanía y urbanismo se ven determinados por su glorioso pasado histórico árabe. Granada quizás sea una de las ciudades del mundo más fascinantes, pues a su rico patrimonio monumental se une un entorno privilegiado, cerca de la montaña y el mar. Además, la ciudad es refrescada por un caudaloso río, el Darro, que la atraviesa, surca las colinas del Sacromonte y embellece una de las zonas de “tapeo” más típicas y encantadoras de la ciudad, el Paseo de los Tristes.
Se puede visitar también los pueblecitos Capileira, Pampaneira y Bubión, catalogados como conjuntos histórico artísticos.
2. Cádiz
La Costa de la Luz, incluso para quienes llevan veraneando toda la vida en sus encantadores pueblos encalados con una historia milenaria, tiene un gran atractivo. Y no es para menos. Lenguas de arena solitarias, cielos luminosos, aguas limpias y cálidas, dunas y salinas, calas y acantilados de más de 100 metros de altura, forman parte de este escenario natural casi virgen. Y si a esto le añadimos que el sol siempre asoma, ya sea verano o invierno, y que se puede practicar una gran variedad de actividades –desde windsurf o kitesurf a golf, submarinismo y pesca-, el destino es el perfecto…y sin salir de España.
3. Cinque Terre (Italia)
Son muchos los lugares en Italia donde disfrutar de un precioso atardecer, una sabrosa pizza de pepperoni u obras maestras de fama mundial, pero ningún paraje natural es tan espectacular como el que forman Cinque Terre o las Cinco Tierras. Estamos hablando de cinco pueblos pesqueros medievales que se erigieron en la Riviera Ligure, al norte de Italia. Enclavados en lo alto de acantilados, el más antiguo es Monterosso, fundado en el año 643, cuando los lugareños de las colinas huyeron a la costa asediados por los pueblos bárbaros. Años más tarde los colonos griegos erigieron el pueblo de Riomaggiore. Vernazza, Corniglia y Manarola son los otros tres pueblos que se levantaron en este paraíso natural de costa rocosa donde solo se mantienen en pie varios castillos e iglesias.
Para llegar hasta alguno de estos pueblos hay que tomar un barco. Una vez allí, el viaje continúa a pie ya que está prohibido el tráfico rodado.
4. Alpes Suizos
Los Alpes Suizos son un bello fenómeno de la naturaleza. Con imponentes ríos de hielo, Suiza se descubre como un auténtico paraíso. Cuenta, además con más de 1.600 lagos naturales, 42.000 kilómetros de ríos e impresionantes glaciares que puedes admirarlos subidos en el tren que parte de
la estación del Jungfraujoch, a 3.500 metros de altura. El camino, en un primer momento, discurre por parajes frondosos que poco a poco se van transformando en prados alpinos, para finalmente aparecer en el collado en el que se alzan los picos Jungfrau y Eiger, junto al glaciar Aletsch. Una vez en este punto, los más intrépidos pueden comenzar una excursión hacia el collado de Mönch de unos 45 minutos. Este trayecto en tren normalmente se realiza en siete horas y se debe evitar coger el tren los días que hay niebla.
5. Austria
Por toda Austria os vais a encontrar un amplio abanico de castillos y palacios que han pasado a la historia o bien por haber estado habitados por reyes y emperadores como Maximiliano I o por ser auténticas obras de arte que nunca han sido conquistadas.
No hay dudas de que el Castillo de Ambras es uno de los ejemplos más grandiosos del arte renacentista. Situado en la laderas de las montañas sobre Innsbruck, su fama se la debe principalmente al archiduque Ferdinand II, mecenas de las artes y las ciencias. El monumento cuenta con un parque de estilo inglés y alberga magníficas colecciones que se guardan en el museo que mandó construir en la parte inferior del castillo.
Los príncipes de Liechtenstein se empeñaron en levantar hace más de 900 años un castillo a 482 metros de altura, sobre un volcán dormido, para que nada ni nadie lograra atravesar sus muros. Se trata del castillo de Riegersburg al que se accede a pie por un estrecho y empinado sendero y desde el que se obtienen unas inigualables vistas de los valles, bosques y viñedos del Sudeste de Estiria.
Lo mires por donde lo mires el castillo de Hellbrunn te dejará sin palabras. Sin un solo dormitorio, su dueño, el príncipe-arzobispo de Salzburgo, quería tener únicamente un residencia de verano donde pasar el día ya que al atardecer volvía a la ciudad.
El castillo de Herberstein es otra de las fortalezas que ha sobrevivido a los avatares de la historia austriaca. Situado en Estiria, de sus primeros años se mantiene en pie una casa de piedra de dos pisos de alto y una torre homenaje erigida en el siglo XII. Un siglo más tarde el castillo cambió de manos y sus propietarios, la familia Herberstein, ampliaron el castillo ya que los cuatro hermanos de la familia compartían vivienda.
6.Grecia
De entre todas las islas que emergen en aguas griegas, Milos es una de las favoritas por aquellos que buscan la isla de sus sueños. Entre sus muchos tesoros encontraréis la idílica playa de Sarakiniko, una espectacular lengua de agua que se adentra hasta una blanquecina roca en la que apenas se ve un grano de arena. Los más valientes tienen una cita ineludible en la asombrosa piscina natural de Papagragas. Para torrarse al sol y tirarse a la bartola nombraríamos también la cala de Tsigrado, de piedra blanca, y la cala de Firiplaka, donde han echado anclas muchos barquitos de la zona. Y no podríamos acabar el repaso de las joyas de esta isla griega sin hablar de sus grutas marinas, como las de Kleftikó, a las que únicamente se puede acceder en barco desde Adamas. De igual belleza o incluso más es la gruta de Sykia, donde hace años se desprendió su bóveda creando una asombrosa ensenada interior.
7. Holanda
La naturaleza da la bienvenida al buen tiempo con un despliegue de encanto y belleza que se convierte en un atractivo turístico en muchos lugares del mundo. La primavera trae el florecimiento de los árboles, una agradable subida de las temperaturas y distintas opciones para disfrutar de las actividades al aire libre. Aprovecha esa época del año para conocer los campos de tulipanes de Holanda.
Son casi 50 kilómetros repletos de tulipanes amarillos, rojos, naranjas y rosas. La llamada carretera de las flores, que une las ciudades holandesas de Haarlem y Leiden, es durante estos meses un mar plagado de aromas y colores. Y sólo en primavera es posible visitar al parque Keukenhof de Lisse, situado a 40 kilómetros de la capital del país. Sus 32 hectáreas se abren al público, hasta finales del mes de mayo, para mostrar un exuberante mosaico de narcisos, jacintos y tulipanes.
8. Cuba
No cabe duda que Varadero es el destino perfecto para aquellos que sueñan con unas vacaciones tranquilas, donde pasar el día entero tumbado en la hamaca, escuchando de fondo el vaivén de las olas, y con la única preocupación de refrescarse con los famosos cócteles cubanos –preparados a base de ron de caña-. Pero desde Varadero también tendrá la opción de descubrir cada uno de sus rincones naturales –atesora seis Reservas Mundiales de la Biosfera, Reservas Ecológicas, Parques Naturales- y arquitectónicos – La Habana Vieja, Cienfuegos, Trinidad o Bayano-, que Cuba muestra orgullosa a sus visitantes. No nos extraña que Colón, según dicen, se quedará ensimismado al pasar frente a las costas cubanas.
9. México
Playas infinitas de fina arena blanca bañadas por un mar azul turquesa, imponentes vestigios arqueológicos mayas, junglas, una riquísima gastronomía, un gran ambiente nocturno, una fascinante vida llena de actividades en el mar.… así es la Riviera Maya. Este enclave caribeño excepcional aúna todos los atractivos de un gran viaje, desde visitar los antiguos lugares de las culturas prehispánicas, a descansar tranquilamente en una hamaca, o ver una puesta de sol. Y al caer la noche la Riviera Maya se presenta como uno de los lugares con más ambiente nocturno del mundo. Existen locales con diferentes estilos, desde jazz, dance, rock o reggae, a música tradicional mexicana o flamenco. Pero tampoco faltan los espectáculos callejeros, ni las mejores discotecas y clubs nocturnos.
10. República Dominicana
Olvida todos los estereotipos que has escuchado de Punta Cana, porque este idílico escenario dominicano es otra cosa. No sólo cuenta con algunas de las playas más paradisíacas del mundo, también es posible sumergirse en sus impolutos fondos marinos, practicar windsurf y vela gracias a sus vientos alisios, mejorar su green en sus fantásticos campos de golf que se reparten por la costa y dar paseos por sus frondosas selvas. Pero esto no es todo. Los más intrépidos podrán nadar con delfines en el parque temático Manati Park, además de ver de cerca iguanas, caballos, flamencos, aves tropicales y leones marinos, entre otros.