No es tan fiero el león como lo pintan, viajar con niños es distinto pero muy satisfactorio. Queremos ayudarte con estos consejos para papás primerizos.
«¡Enhorabuena, estás embarazada!» Si hay alguna frase candidata a cambiar tu vida de forma radical, ésta podría ser una de las más potentes. Tener un hijo es una experiencia única, pero con la llegada de un niño a tu universo personal tus hábitos van a verse forzosamente modificados. Toca cambiar el chip y cuando antes lo hagas mucho mejor para ti y para todos los que te rodean.
Pero, ¿qué pasa si viajar es tu mayor pasión? ¿Se acabó eso de descubrir el mundo con la llegada del bebé? Tranquilízate, respira hondo y no hagas caso a los agoreros. Viajar con niños es muy distinto a cuando lo hacías con tu pareja o amigos, pero puede ser igual a más enriquecedor. Si lo de quedarte en casa no va contigo, atento a estos 10 consejos para padres viajeros primerizos.
Paciencia, paciencia, paciencia
La madre de todas las ciencias es un mantra que tendrás que aplicar a tu nueva vida y también en los viajes. Los niños son impredecibles, especialmente cuando son muy pequeños, así que tendrás que ser paciente para improvisar si la cosa se tuerce.
Escoge un destino apropiado
En los cinco años que llevamos viajando con nuestros hijos nos hemos marcado dos líneas rojas que no queremos cruzar. Los destinos deben ser seguros y con buenas condiciones e infraestructuras sanitarias. Son ideales para viajar con niños los países escandinavos y del centro de Europa. Nuestros favoritos Noruega, Islandia, Islas Feroe, Alemania, Flandes, Cancún o Japón. En España… Costa Brava, Cantabria, Asturias o Euskadi.
Adáptate a las necesidades de los niños
Tú conoces a tu hijo mejor que nadie, así que intenta programar actividades apropiadas a sus gustos y edades. No obstante, sería un terrible error ir solamente a lugares como parques temáticos, ludotecas o teatros de marionetas, ya que los peques se perderían la esencia del destino a que viajamos y también, porque tiene que haber espacio y actividades para todos los miembros de la familia.
Involucra a los niños en la preparación del viaje
Como buen viajero que eres, sabes que el pre viaje es una parte fundamental de la experiencia y puede ser muy divertida. Deja que los niños participen de las decisiones sobre destinos y actividades, y si son muy pequeños ponles vídeos, fotos o cuéntales cuentos sobre el lugar que vais a visitar
Respeta sus horarios
A los niños no les sienta bien que rompan sus rutinas, especialmente cuando hablamos de comidas y sueño. Intenta que coman y duerman a sus horas también de viaje para evitar que esos seres tan adorables se conviertan en réplicas del demonio de Tasmania.
Jugar es imprescindible
Es innegable que a los peques les encanta jugar, de hecho, muchas cosas las aprenden mientras juegan. Busca un momento al día para que jueguen (y jugar con ellos), hay parques en casi todos los destinos. También es interesante que tengan contacto con la naturaleza, es increíble ver cómo interactúan con el medio ambiente… todo les sorprende y agrada. No está mal eso de calzarse unas botas de vez en cuando y llevarlos a la espalda en una mochila porta-bebés.
Olvídate de itinerarios maratonianos
Lo sé, era bonito eso de madrugar para ver salir el sol desde un monasterio del Tíbet o no acostarte descubriendo los lugares más sórdidos de Bangkok. No obstante, eso con niños pequeños se ha acabado. Es mejor hacer un par de actividades al día bien aprovechadas que terminar el día entre un cóctel de lloros, reproches y lamentos.
Viaja ligero de equipaje, pero no olvides…
Con un niño pequeño a cuestas es mucho mejor ir con poco equipaje, la mayoría de cachivaches de puericultura no te harán falta. Piensa que en destino venderán casi todo lo necesario para el día a día, así que llévate cosas que te hagan falta durante las primeras jornadas de viaje y luego haz lo que hacen los locales. No olvides algún juguete o lápices de colores y papel para hacer más llevadero el vuelo o los trayectos en coche y tren. Una tablet con vídeos o juegos educativos también es de gran ayuda.
Prueba con pequeñas escaramuzas viajeras
El virus viajero nos impulsa a viajar cuanto más lejos mejor, pero los padres primerizos temen que su hijo sea de esos que se pasan el vuelo llorando mientras el resto de pasajeros os señala con el dedo o rompan un jarrón de la Dinastía Ming en el Louvre. Antes de irte de viaje al destino soñado prueba con pequeñas escapadas a un lugar cercano para desterrar tus mayores temores y comprobar que el león no es tan fiero como lo pintan.
Viajar mola, no te olvides de disfrutar
A lo largo de estos años viajando con niños he aprendido más de ellos que ellos de mí. He re descubierto el mundo a través de sus ojos y con eso he logrado recordar sensaciones maravillosas que no sentía desde que era niño. Disfruta estás de viaje. Sinceramente no ha habido ningún destino traumático viajando con los niños, tienen una capacidad de adaptación asombrosa. Hemos estado en lugares tan poco preparados para viajar con niños como Corea del Sur y hemos vuelto encantados.
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