A los 20, Ámsterdam. A los 60, París.
Los años son determinantes a la hora de elegir tu próximo viaje. Toma nota y acertarás en todas tus vacaciones.
La fecha de nacimiento que refleja el carnet de identidad no siempre establece la edad de una persona, aunque sí suele ser un factor importante para elegir el destino de viaje. Te damos algunas pistas para que escojas uno hecho a tu medida.
Menores de 15: Parques temáticos
Los niños solo quieren disfrutar y pasarlo en grande. Para ello no hay mejor lugar que un parque de atracciones. PortAventura o el Parque Warner son los más solicitados de España.
Pero si quieres sorprenderles de verdad, regala a toda la familia un espectacular viaje a Disneyland en París o Disney World en Orlando.
Tener de anfitriones a los personajes de sus cuentos y películas es un sueño inolvidable. Si tus hijos son más de animales, visitad el Loro Parque en Tenerife, un zoológico donde conviven especies exóticas de todo el mundo. ¿Lo mejor? Las exhibiciones acuáticas de orcas y su cine 3D. Y si les gusta la fantasía, el mallorquín Katmandú Park está lleno de atracciones épicas.

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De 18 a 25: Londres, Ámsterdam y Uruguay
Los veinte son para dejarse llevar y conocer mundo sin planear demasiado. Londres es un destino muy frecuentado, por su ambiente ecléctico y cosmopolita. Algo parecido sucede con Ámsterdam, paseos en bicicleta o en barca por sus canales, y una oferta de más de 300 festivales al año la convierten en el destino perfecto de los veinteañeros. Lo más intrépidos pueden cruzar el charco hasta Suramérica, el destino ‘mochilero’ por excelencia. La costa uruguaya es un buen comienzo: Montevideo, Punta del Este, Punta del Diablo y el reducto virgen de Cabo Polonio.
De 25 a 35: Ibiza, Tailandia y Brasil
De la veintena a la treintena llega la independencia económica y con ella los veraneos en Ibiza, visitando calas y discotecas como Amnesia, Privilege o Ushuaïa. Y si hay más ahorros, Tailandia es el destino ideal con sus paradisíacas playas, como las de las Islas Phi Phi, y su agitada vida nocturna, una de las más animadas de Asia. Brasil también es una buena elección para esa edad. Allí esperan la universitaria y cosmopolita Curitiba y los vuelos en parapente sobre la playa de Copacabana, el Pan de Azúcar y el Cristo del Corcovado de Río. En cuanto a los carnavales, prueba el de Recife.

De 35 a 45: India, Turquía y México
Es la época en la que apetece descubrir nuevas culturas, cuanto más exóticas mejor. Estambul, la ciudad entre dos continentes, con Santa Sofía, la Mezquita Azul y el Bósforo es una ciudad que sorprende y atrapa. Imprescindible un paseo en globo sobre la Capadocia. Y si quieres playa, dirígete a Bodrum y Antalya. Otro destino perfecto en esta edad es India. Abre tu mente a la espiritualidad de este país bañado por el Ganges, lleno de coloridos saris, elefantes de la suerte e innumerables templos, tanto que recientemente se ha descubierto uno milenario bajo el agua, en Mamallapuram. Por su parte, México, además de ser un crisol cultural, es perfecto para reposar al sol en las playas de Tulum entre restos de civilizaciones mayas.
De 45 a 55: San Francisco, Los Ángeles y Nueva York
No esperes más y cruza el charco en busca de tu viaje de película. Es el mejor momento para organizar un viaje ‘deluxe’ que implique un gasto más elevado. Lo mejor es recorrer la costa oeste de Estados Unidos por la Ruta 1, de San Francisco a Los Ángeles, desde el Golden Gate hasta las playas de Santa Mónica y Hollywood. Sin olvidar los estudios Universal, Warner Bros o Paramount Pictures. Después de California, cruza el país para ver la Gran Manzana, todo un escenario de película.

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De 55 a 65: Fiordos noruegos y safari por África
A esta edad el lema es “una vez en la vida”. Es tiempo de viajes que siempre has querido y que quizá no se repitan. Un safari por África es uno de ellos, sobre todo para los amantes de los animales. Visítalos en Tanzania y descubre de primera mano la belleza de su naturaleza. En otro punto más septentrional, un crucero por los fiordos noruegos invita a un plan más tranquilo. Hay más de mil de estos brazos de agua salada entre montañas, pero dos de los más emblemáticos son Nærøyfjord y Sognefjord. Si se acompañan de una excursión para ‘cazar’ auroras boreales, el viaje será inolvidable.

De 65 en adelante: París y Roma
En busca de la tranquilidad. Es la edad perfecta para visitar París y Roma. Ciudades históricas que necesitan ser vistas con detenimiento. No olvides un parisino paseo fluvial por el Sena. Mientras que en Roma, haz especial hincapié a sus rutas por las plazas y fuentes. Destinos atemporales y cunas de nuestra civilización y del pensamiento moderno. Los retiros termales son otra de las opciones estrella cuando se pasa de los 75, uno de los mejores de España es el Balneario de La Toja, en Pontevedra.

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