San Francisco
Tras pasar por Amsterdam y recorrer un buen puñado de horas medio planeta a bordo de un vuelo delicioso con una tripulación y catering TOP, Ana y yo aterrizamos con KLM en el primer punto de nuestro #RoadTrip por la costa oeste, San Francisco.
Hace alrededor de 250 años los colonos españoles llegaron a la tierra que hoy conocemos como San Francisco, bautizándola así en honor a San Francisco de Asís. Hace 200 se desligó de la Nueva España tras la independencia de México y en 1848 pasó a formar parte de los Estados Unidos de América, que respetaron el nombre que le dieron los españoles.
La ‘Fiebre del oro’, el gran terremoto de 1906, el puerto más recurrido de los soldados americanos de la 2ª Guerra Mundial, el centro cultural vanguardista, el ‘boom’ reivindicativo del movimiento homosexual y una cárcel legendaria como icono cinematográfico escriben su historia.
Era junio y lucía un sol espléndido. Dicen que la ciudad tiene su propio clima, es famosa por gozar de luz, viento, tormentas, niebla, calor y frío en un mismo día.
Primera tarea, hacernos con una tarjeta SIM para el teléfono. Cometimos el error de no haber comprado una previamente cuando estábamos en España y en el aeropuerto nos salió very expensive (69$). En mis viajes suelo desconectar del mundo, pero en EEUU aconsejo encarecidamente disponer de conexión a internet en tu smartphone para utilizar el GPS integrado, reservar excursiones y hoteles, y estar siempre conectado ante cualquier emergencia. Serán muchos kilómetros sin nadie cerca a quien recurrir.
Con casi un millón de habitantes, es la segunda metrópoli de EEUU con la mejor calidad de vida, después de Honolulu. Por eso ten en cuenta que es un destino bastante caro.
Teníamos muchos kilómetros por delante y habíamos alquilado un coche para recorrerlos todos. Nos subimos en nuestro Chevrolet Camaro y en poco más de media hora llegamos a nuestro céntrico hotel, tiramos las mochilas dentro de la habitación y nos dirigimos a comernos la ciudad.
LAS 15 COSAS QUE NO TE PUEDES PERDER DE SAN FRANCISCO (Y ALREDEDORES):
1- GOLDEN GATE
Inaugurado en 1937 tras el crecimiento de la población cuando acabó la Guerra Mundial, el Golden Gate se convirtió en la obra de ingeniería más importante de su época. Mide más de un kilómetro de largo y casi 70 metros de alto. Une la península de San Francisco por el norte con Sausalito, una plácida región residencial reservada para las clases altas de los alrededores.
Si el puente de Brooklyn, el de Londres, el de Sant’Angelo… son famosos en todo el mundo, el Golden Gate (Puerta de Oro) es uno de los puentes colgantes más conocidos en el planeta. Recreado en infinidad de películas y logotipos, es un punto turístico de obligada visita. Es el símbolo del equipo NBA de la ciudad, Golden State Warriors, o de una de las aseguradoras más famosas en nuestro país.
Cogimos nuestro’ Chevi’ y en poco más de 20 minutos desde el centro de la ciudad llegamos al destino. Alrededor del puente hay un monumento que lo recrea en miniatura y explica cómo soporta los grandes vientos gracias a su ingeniería colgante. Encontramos un gran ambiente, gente descansando, viajando en bicicleta y tomando fotografías de la postal. Fuimos afortunados, nos hizo un día perfecto.
El mar era bravo, y lo que más me sorprendió fueron los surfistas que buscaban cazar olas alrededor de las columnas que sujetaban toda la estructura.
Cruzamos el puente y comprobamos la magnitud y la belleza de la ciudad que dejábamos atrás.
2- SAUSALITO
En pocos minutos estábamos atravesando un apacible paseo en un parque de altas palmeras, setos perfectamente recortados y vecinos paseando caminando y en bicicleta. Antes conocida por zona de retiro de artistas, hoy es un enclave idílico plagado de sauces perfectamente cuidados y sacado del más plácido neighborhood de una serie yanqui.
Aparcamos el coche y fuimos a visitar las famosas tiendas de chocolate para degustar helado artesano mientras contemplábamos la bahía plagada de embarcaciones deportivas.
Un enclave tranquilo, quizá demasiado para nosotros. Volvimos al coche y regresamos a la ciudad. Esta vez queríamos descubrir otro edificio mítico que se podía ver desde casi cualquier parte de la urbe, la pirámide Transamérica.
3- PIRÁMIDE TRANSAMÉRICA Y CENTRO FINANCIERO
Nos costó atravesar el Golden Gate de nuevo, el tráfico era cada vez más denso según caía el sol. Tardamos cerca de una hora en alcanzar el centro neurálgico y financiero.
La gran pirámide era inconfundible, el rascacielos más alto de San Francisco con más de 250 metros de altura. Alrededor de la gran torre había una gran jungla de cristal, asfalto y acero que se alejaba del espíritu cultural, artístico y bohemio que se respiraba en el resto de sus calles.
Abandonamos el coche en un parking subterráneo y nos decidimos a seguir recorriendo las arterias de la metrópoli a pie. Uno de los aspectos más llamativos fue comprobar la infinidad de gente sin techo que vive en el centro neurálgico.
4- JUST WALK! Por sus empinadas calles, cogiendo sus tranvías y mareándote en Lombard Street
Las piernas cada vez nos pesaban más, pero aún así quisimos tirar el mapa y caminar para perdernos. Consumir las horas hablando con los transeúntes, (el 99% de los habitantes con los que nos cruzamos fueron absolutamente encantadores), perdiéndonos en las raíces de la urbe y endureciendo los gemelos subiendo unas cuestas interminables capaces de hacer saltar por los aires a los coches de policía en las persecuciones de Hollywood.
Casi sin querer, llegamos a la famosa Lombard Street, una calle que comienza en El Presidio y termina en el Embarcadero. Era famosa por un tramo conocido como la calle más sinuosa de los Estados Unidos. Fue realizada hace casi 100 años con el objetivo de reducir la pendiente de 27º y así hacer posible que pudiera ser transitada por automóviles.
Seguimos caminando recortando la costa, subiendo a las colinas y dejando a nuestras espaldas los dos iconos más reconocibles de la ciudad: San Francisco y Alcatraz.
Se agotaban nuestras energías y finalmente regresamos al hotel para dar por cerrado el primer día completo en la ciudad de las mil perspectivas.
5- CHINATOWN: 唐人街
Nuevo día. Queríamos seguir escudriñando los puntos más populares del mapa. El siguiente paso era el Barrio Chino, el barrio chino más antiguo en Estados Unidos y la comunidad de chinos más grande fuera de las puertas de Asia.
Dejamos el coche en nuestro albergue y nos movimos esta vez en tranvía. Por un precio muy económico puedes llegar a cualquier punto del centro.
Atravesamos la Puerta del Dragón y nos perdimos por la avenida Grant ensimismados con la gran cantidad de vida que los asiáticos hacían en las aceras. Decenas, cientos, miles de tiendas y restaurantes asequibles a cualquier bolsillo ofrecían sus servicios las 24 horas con carteles escritos exclusivamente en chino lucían en todas las fachadas. Era el lugar perfecto para comerciantes de imitaciones y souvenirs de la ciudad ‘Made in China’. Parecía que hubiéramos cruzado una puerta estelar y nos hubiéramos plantado en un barrio profundo de Shanghai.
Encontramos una gran plaza donde varios asiáticos mezclados con algún turista practicaban yoga y Tai Chi al aire libre. Además, encontramos una estatua de la Democracia que descubrimos que fue utilizada en las protestas de la plaza de Tianánmen en Pekín.
Nos rugía el apetito y no habíamos almorzado. Nos metimos en una de las calles menos pobladas de turistas y nos adentramos en uno de los locales que se abrió a nuestro paso. Y comimos arroz, sopa caliente, verduras y caracoles, sí, unos exquisitos y sabroso caracoles al estilo oriental.
6- EL GRAN CASTRO
Continuamos nuestro periplo por las zonas más famosas y nos dirigimos a Gran Castro (recibió ese nombre por un líder mexicano que gobernó California antes de que la tomaran los estadounidenses), famosa por ser frecuentada por una gran comunidad homosexual. Este enclave es reconocido en todo el mundo como un lugar que lucha e impulsa los derechos LGTB. En este área no encontramos fotos espectaculares, lo que nos recibió fue un gran ambiente cuando no habían dado ni las 18:00h de la tarde. Localizado principalmente en las calles Castro y Market, es una zona cargada de símbolos reivindicativos y donde se puede tomar algo fresquito en locales muy acogedores y bien decorados a casi cualquier hora del día.
7- INDIANA JONES ESTUVO AQUÍ
Soy muy fan de los puntos reconocibles que han sido decorados de grandes superproducciones. Continuamos nuestra ruta por el centro subidos a otro tranvía y encontramos de frente con el Ayuntamiento de San Francisco, símbolo del Renacimiento Americano.
Este edificio es protagonista en películas como Harvey Milk, el primer político de la ciudad reconocido abiertamente gay. Además, la cúpula de esta edificación fue utilizada como réplica del Capitolio de D.C. para la película de Indiana Jones: en busca del Arca Perdida.
8- PINK LADIES
Otro decorado famoso cerca de allí eran las Pink Lades o las Damas Pintadas. En los alrededores del parque Western Addition Alamo Square se encuentran varios chalets adosados populares por ser parte de los exteriores grabados para la serio de los 80 Padres Forzosos, de las conocidas gemelas Mary Kate y Ashley Olsen.
9- PIER 39
Tras tantos kilómetros recorridos a pie y en tranvía a través de las calles más céntricas de San Francisco, nos dirigimos al mar. Había varios muelles (pier) famosos en el mapa alrededor de Fisherman’s Wharf. El muelle 39 es el más conocido por cómo varios leones marinos libres van a tomar el sol y deleitan a los paseantes con sus sonidos y movimientos torpes sobre la roca. Desgraciadamente cuando fuimos a grabarlos se tiraron al mar.
En esta zona es fácil ver a conductores lucirse con sus coches trucados y poniéndolos a dos ruedas, a runners perfectamente ataviados y a familias, grupos de turistas y parejas pasear por el paseo marítimo.
Es un lugar concurrido y plagado de tiendas y restaurantes yanquis preparadas para turistas. Queríamos adentrarnos en un clásico de apuestas deportivas y cenamos dos cervezas clásicas con lima y unas hamburguesas típicas americanas.
Fue la mejor guinda a un día donde descubrimos las entrañas de la ciudad.
10- ALCATRAZ
Quedaba por visitar uno de los lugares de San Francisco que más turistas atraen al año, una prisión mítica en el planeta. Una cárcel de máximo riesgo de donde sólo pueden escapar Clint Eastwood o Sean Connery: Alcatraz.
Amanecimos muy temprano y fuimos al pier 33 a comprar las entradas para visitar la prisión. Tienes que madrugar mucho porque sobre las 7:30h se terminan los boletos y si no tienes reserva, deberás pagar alrededor de 150$ a una agencia que te incluirá la visita a la isla dentro de un tour mucho más extenso que quizá no te interese contratar.
Nos subimos al ‘Alcatraz Cruises’, un gran ferry moderno que tardó más de media hora en sortear los pocos kilómetros que separaban a la isla del puerto, debido a la marejada.
Alcatraz tiene ese nombre por los pájaros que la habitaban en el islote, aunque es también conocida como La Roca.
Desde enclave para el faro fue utilizada como fortificación militar, después como prisión de guerra y hasta llegar ser la cárcel federal más conocida del país hasta 1963.
Al desembarcar, nos dio la bienvenida una joven scout que explicaba el recorrido, la historia y las anécdotas más recurrentes de Alcatraz.
Dentro del enclave cogimos unas audioguías (las hay en español) con las que recorrimos todos los secretos de la prisión y explicaban paso a paso cada estancia.
Era una prisión de máxima seguridad, por eso uno de los hitos más importantes de su historia fue ‘la fuga de Alcatraz’.
En junio de 1962, Frank Morries y los hermanos John y Clarence Anglin utilizaron muñecos para suplantarles en la cama y que los guardias no les sorprendieran por la noche. Todavía se guardan las réplicas de esas figuras sobre los colchones de sus celdas.
Cavaron agujeros en sus celdas con la ayuda de herramientas artesanales y cucharas lo suficientemente grandes para salir a través de ellos, escalaron entre las paredes de los pasillos y llegaron al exterior.
Se cree que se ahogaron en las bravas aguas que separan la isla con la bahía, pero lo cierto es que nunca se les volvió a ver con vida. ¿Culminarían la fuga y ahora estarán entre nosotros?
Realmente debería ser frustrante tener tan cerca las vistas de San Francisco, escuchar los sonidos de la ciudad por la noche, contemplar las luces a través de la ventana de la celda, y al mismo tiempo tan lejos…
11- Muir Woods
Con la sensación de angustia todavía en el cuerpo por dejar atrás una prisión que emanaba energías negativas, volvimos a por nuestro coche y dejamos atrás definitivamente San Francisco. A poco más de 10 kilómetros del Golden Gate llegamos a un bosque enorme, con secuoyas magnánimas y un entorno espectacular por el que caminar por senderos entre estos enormes árboles que rozaban los 1000 años de vida y contaban con más de 100 metros de altura.
IMPORTANTE: compra el pase que da acceso a todos los Parques Nacionales de EEUU por unos 80$, te servirá para todas las veces que quieras entrar a cualquiera de ellos y vale para dos titulares más sus acompañantes. Con que entres a tres Parque Nacionales, compensa.
12- NAPA
Tras tantas sensaciones contrastada teníamos un agujero enorme en el estómago y apuntado un lugar recomendado encarecidamente por los lugareños para disfrutar de un almuerzo TOP. Seguimos subidos a bordo de nuestro Chevrolet Camaro y en poco más de una hora llegamos al condado de Napa, conocido por ser uno de los lugares que más vino producen en los Estados Unidos. Finalmente disfrutamos de un gran banquete en el famoso y recomendable Tarla Mediterranean Bar & Grill.
13- MONTERREY
Estaba atardeciendo y teníamos todavía muchos kilómetros que afrontar. Algo más de 250 nos separaban de Monterrey, uno de los enclaves más visitados recortando la costa oeste, hacia el sur.
Una vez más, comprobamos la influencia de nuestros exploradores en suelo americano. Hace más de 400 años el navegante Sebastián Vizcaíno descubrió este territorio y lo bautizó en su cuaderno de bitácora con el nombre de Bahía de Monterrey en honor a los monarcas españoles de la época. Fue la primera capital de California.
Llegamos en una noche cerrada directos a la cama de un motel de carretera. Típico hospedaje de película con doble altura y la puerta de la habitación conectada directamente al parking exterior.
Desayunamos en Monterey Bay con unas vistas al mar deliciosas para darnos los buenos días, y seguimos nuestro trayecto. De este lugar queríamos explotar su costa recortada, sus playas entre barrancos y su ambiente de festejo constante desplegado alrededor de toda la bahía.
Déjate llevar a través de la ruta que abraza la costa, detente cuando quieras en sus múltiples estaciones para almorzar y recrearse, visita el faro más famoso de la zona y detente contemplando el horizonte…
14- POINT LOBOS
Seguimos hacia el sur y encontramos Point Lobos, un Parque Nacional del que nos habían hablado maravillas.
Más de 15 rutas para recorrer sus acantilados, pasadizos frondosos arropados de gran vegetación, vistas embaucadoras hacia el océano, ciervos y leones marinos decoran el paisaje y si tienes suerte los aleteos de las ballenas pintarán el horizonte.
15- BIG SUR
Cerramos el primer tramo de nuestro viaje en otro famoso puente, el más conocido de ‘Big Sur’, nombre heredado también de nuestros antepasados, que llamaban a la región ‘el país grande del sur.’ Sus enormes barrancos, los precipicios escarpados y los grandes muros que sirven de miradores naturales hacia un mar indomable, hacen de esta ruta un recorrido del que es fácil enamorarse.
Aparcamos, respiramos, descendimos hasta la arena de la playa y despedimos al sol. EEUU nos estaba conquistando.
En el siguiente capítulo nuestra ruta continúa destino a Yosemite, un Parque Natural envolvente, sobrecogedor, tamaño XXL donde te sientes tan diminuto y sobrecogido que no puedes hacer otra cosa que rendirte ante su imponente expresión de naturaleza.
Una de mis premisas cuando viajo es respetar al máximo el entorno del destino, y esta vez teníamos la oportunidad también de respetar el cielo. Nos enteramos de que KLM compañía de larga tradición en vuelos hacia la Costa Oeste de América, era así mismo una compañía pionera en la lucha por mantener el cielo más azul con los carburantes más ecológicos y amables. Me gusta premiar a las empresas que de verdad luchan por limpiar el medio ambiente y por los viajes memorables desde que sacas la tarjeta de embarque.
#ViajesCRFyAventuheroEEUU
#LoveFlyingKLM