Excursiones para novatos con raquetas de nieve en el Pirineo

Si disfrutáis realizando senderismo pero el frío y la nieve te dan apuro, existen modalidades deportivas al alcance de cualquier novato con cierta forma física.

Las raquetas de nieve son de fácil uso, os permitirán disfrutar de la montaña en estado puro y os podréis quitar el gusanillo de esperar hasta bien pasada la primavera.

Las excursiones con raquetas de nieve por la montaña son ciertamente económicas y no necesitan de una técnica especialmente complicada. No es necesario que adquiráis los productos a vuestra primera escapada. Podréis ver en muchas tiendas de artículos de montaña que pueden alquilarse y para un fin de semana entero no os costará más de 15 euros, incluyendo polainas: esa pieza de ropa bien acolchada que nos permite cerrar cualquier entrada de aire entre la pierna, la bota y las raquetas para evitar nieve.

Olvidaros de caros forfaits, de las habituales colas y zonas masivas en las pistas de esquí y adentraros al interior de las montañas en invierno sin más ayuda que vuestras piernas.

Las raquetas de nieve no requieren demasiado conocimiento previo. De todas maneras, es preciso escoger itinerarios que no tengan excesivas pendientes y evitar las épocas de mucho frío ya que encontraremos buena parte del recorrido con capas de hielo que nos dificultarán el paso. En esas situaciones lo ideal es añadir unos grampones y un piolet a nuestro equipo y de esta manera vamos alternando el equipo según el estado de la nieve que encontremos por el camino.

No obstante, si queréis iniciaros por primera vez a la montaña en invierno con raquetas de nieve es aconsejable que no lo hagáis solos. En los clubes de excursionismo e incluso en grupos especializados en Facebook encontraréis gente con ganas de compartir la experiencia con los demás y os ayudarán a emprender esta bonita modalidad deportiva en invierno.

Como habréis imaginado, el uso de raquetas en invierno son perfectas cuando las temperaturas no llevan un par de dígitos en negativo y el grosor de la nieve es considerable. Las raquetas llevan pequeñas cuchillas al estilo de los grampones que nos permitirán cruzar zonas heladas pero su uso es un poco más limitado en este tipo de terreno.

Muy a menudo deberemos usar ambos artículos en una misma excursión. Las mañanas se despiertan tras unas cuantas horas de frío y el hielo se apodera de una buena parte del escenario. En esas primeras horas el uso de grampones es ideal mientras que pasadas unas horas el calor del sol hace de las suyas y el hielo acostumbra a desaparecer. Si entonces siguiéramos la travesía con los grampones nos hundiríamos a cada paso; es en el momento donde las raquetas de nieve nos vienen como guante en bota para seguir nuestro curso. Así que por norma general veréis muchos excursionistas en invierno llevando ambos artículos a sus espaldas.

Por estas razones metereológicas, con las primeras nevadas del año y durante la época final de invierno y principios de la primavera las raquetas de nieve se hacen casi imprescindibles y en la mayoría de ocasiones no deberemos llevar los grampones de forma adicional.

Como hemos apuntado anteriormente es preciso buscar itinerarios que no entramen un excesivo desnivel. Entre las ascensiones que me parecen más adecuadas para la práctica de raquetas en invierno en el Pirineo se encuentran las siguientes:

Ascensión al Puigpedrós

A casi 3.000 metros de altura gozaremos de extensas vistas a las montañas de Andorra, la sierra del Cadí y el hermoso valle de la Cerdaña en Cataluña.

El pico de Puigpedrós se encuentra en la comarca catalana de La Cerdaña y para iniciar la ascensión deberemos llegar en coche hasta la localidad de Meranges. Desde Barcelona apenas distan un par de horas para llegar al destino.

Se trata de una ruta que podemos realizar en un mismo día. De todas maneras, si queréis hacer la escapada más auténtica todavía podéis dormir en el refugio guardado de Meranges. Los amaneceres en la montaña son únicos y si encima estamos rodeados de los lagos que circundan esta zona del Pirineo todavía más.

El pico de Puigpedrós no entrama grandes desniveles así que con raquetas podremos cubrir la distancia que nos separa de la cima sin grandes dificultades. Se trata de una ascensión progresiva y el recorrido completo de ida y vuelta se puede realizar en unas 5 horas aproximadamente con paradas incluidas.

Desde lo alto de la cima a 2.914 metros, además de sentirnos orgullosos de la hazaña cometida, podremos disfrutar de unas espectaculares vistas a 360 grados. Por un lado la interminable Sierra del Cadí cierra el valle de la Cerdeña que se difumina a nuestros pies, al oeste se encaraman las montañas de Andorra y al noreste se perfila el gran Carlit y las demás montañas francesas del Pirineo.

Tossa Plana de Lles

Otro pico relativamente cerca en la misma comarca de La Cerdaña es el de Tossa Plana de Lles. A 2,916 metros de altura se presenta con un desnivel paulatino que se puede cubrir con raquetas de nieve con cierta facilidad. Además, esta zona del Pirineo ofrece un riesgo de aludes muy escaso.

Para llegar deberemos conducir hasta la estación de esquí de Lles de Cerdaña y desde ahí nos espera una ascensión hasta el pico de unas tres horas y media más dos horas de bajada. El desnivel acumulado se encuentra alrededor de los 900 metros. Sí, se trata de un desnivel considerable pero se hace de forma suave a lo largo del recorrido.

Ibon de Villamuerta, Benasque

En esta ocasión nos desplazamos al Pirineo aragonés para realizar una sencilla excursión con raquetas de nieve en el precioso valle de Benasque. Se trata de una travesía fácil que apenas conlleva complicación alguna.

Para iniciar la excursión debemos desplazarnos hasta el hospital de Benasque y desde la zona de pistas se inicia el camino que nos llevará hasta el Ibon de Villamuerta.

En total recorremos unos 14 kilómetros con un desnivel de 500 metros para llegar a los 1948 metros de altura. Una excursión apta para cualquier novato que se inicie en las raquetas de nieve y para todos los públicos.