No cabe duda de que la gastronomía es una parte fundamental del patrimonio cultural y de la identidad propia de cada pueblo o región. Por fortuna, se trata de una riqueza cultural que se tiene cada vez más en cuenta y son numerosos los visitantes que se mueven atraídos por este mercado emergente.
Turismo gastronómico por Córdoba
Son muchos los tipos de turismo a los que podemos optar en la actualidad. Existen para todos los tipos de públicos: desde los infantiles, los parques de atracciones, las visitas guiadas al lugar en que se rodó una película… pasando por los más juveniles, aquellos que viajan atraídos por la descarga de adrenalina de los deportes multiaventura o descubrir países nuevos hasta que llegamos a la edad adulta, aquella en la que se pueden seguir deseando los tipos de turismo que hemos mencionado, pero también incluyendo el turismo gastronómico, aquel en el que puedes saborear las bebidas y los platos más representativos de cada lugar, y es que eso, también forma parte de la cultura.

Especialmente en España no podemos dejar de lado este tipo de turismo, y es que desde los arroces valencianos, pasando por Madrid para saborear uno de sus famosos cocidos, los conocidos y abundantes «pintxos» del País Vasco, sin olvidar los vinos de La Rioja o el mojo picón canario llegamos a Andalucía, el estandarte que representa a nuestro país en cuanto a gastronomía.
En Andalucía son muchos los platos que merecen mención especial, y casi todos llevan lo más representativo: el jamón. Pero no es el único. El aceite o tomate son grandes protagonistas de su cultura gastronómica, ¡vamos a descubrirla!
Platos típicos de Córdoba
Córdoba es una ciudad para perderse, un lugar en el que admirar cada una de sus calles, de sus plazas, de sus puntos más representativos. Por eso cualquier estación del año es la perfecta para viajar a esta ciudad andaluza. Su Mezquita Catedral nos invita a visitar sus arcos en cualquier momento, así como los Reales Jardines del Alcázar, que se encuentran florecidos en cualquier momento.
Pero sobre todo, Córdoba es su Judería. Esas calles pintadas de blanco, los patios cordobeses y decenas de lugares para degustar sus especialidades culinarias.

El jamón, jamón de Córdoba
En Córdoba se puede (y se debe) hacer una ruta del jamón una vez estamos visitando esta hermosa ciudad. La mejor opción es tomar un día o una tarde en la que nos propondremos saborear este manjar en los lugares más representativos de la ciudad. En estos lugares nos ofrecerán un plato de jamón acompañado por picos camperos o pan con aceite de oliva (será denominación de origen virgen extra, tratándose del lugar al que has viajado.
En Córdoba, que no falte el salmorejo
Pero si hay un plato que identifica a Córdoba, es el salmorejo cordobés. ¿Y qué lleva el salmorejo? Tomate, vinagre, aceite de oliva, pan, sal, huevo y… ¿Qué no le puede faltar? Los taquitos de jamón.
Andar por Córdoba es encontrar cientos de lugares para degustar esta delicia a la que, en cada restaurante, taberna, bar o casa propia le añaden el secreto propio, el que no van a desvelar por mucho que queramos. Lo que consiguen con ello es que los visitantes, al volver a la realidad de sus hogares, traten de crear su propio salmorejo en casa, que no suele salir exactamente igual.

Los flamenquines cordobeses y el jamón
Prácticamente todos los restaurantes de esta bella ciudad ofrecen los mismos platos, pero no por ello se debe dejar de degustar en cada uno de ellos, ya que todos les dan un toque diferente. Es lo que también ocurre con un plato muy característico de la ciudad: los flamenquines.
Se trata de un rollito que realizan con carne y jamón serrano, que posteriormente va rebozado con pan y huevo. Si lo pides en un restaurante los flamenquines no irán solos, sino que el cocinero o la cocinera en cuestión los habrá acompañado de una buena fuente de patatas fritas.
Tostadas de jamón «en pizquitos» para desayunar
Y es que, en Andalucía y especialmente en Córdoba, no se olvidan del jamón ni para desayunar. En cualquier ciudad normalmente se suele pedir un café con leche y una tostada con tomate. En Córdoba eso es casi pecado, ya que en todos los bares de la ciudad preparan el desayuno típico, que se trata de tostadas de un tamaño considerable con tomate y una buena cantidad de jamón «en pizquitos» como ellos les denominan. ¿Qué es esto? Pues jamón cortado en taquitos muy pequeños, ideales para tomar junto a un buen trozo de pan.
Posteriormente, a parte del representativo jamón, seguramente ofrecerán acompañar estos manjares con alguna de sus enormes tortillas que se elaboran diariamente en todos los puntos de la ciudad, el conocido ajoblanco (que tampoco lleva jamón), las albóndigas del puchero que saben como en casa de la abuela… sin dejar de lado sus vinos, especialmente los Pedro Ximénez que allí se elaboran de una forma muy tradicional y que seguramente en muchos lugares te ofrezcan cuando termines de comer o de cenar.

Viajar a Córdoba
Y es que, visitar Córdoba (descubre aquí: 10 imprescindibles de Córdoba) no es solo disfrutar del buen ambiente de sus calles, de la simpatía de sus gentes y de los elementos turísticos más representativos del lugar. También es encontrar lugares idílicos y restaurantes en los que poder embriagarse del aroma de sus platos más conocidos, entre ellos el jamón serrano, presente en prácticamente la mayoría de productos y de platos.
Las posibilidades de realizar la ruta del jamón serrano son infinitas, ya que cada persona puede crearse su propia manera de disfrutar del jamón, o bien mediante las típicas tapas que presentan un plato del mismo para degustarlo con pan y aceite, para tomarlo en el desayuno como primer plato del día para empezar con fuerzas o comprobando las diferentes opciones en que tiene cabida el producto nacional por excelencia.
Realizar una ruta gastronómica por Córdoba siempre es una buena idea, sea cual sea el público o sus preferencias, es complicado que se nieguen a este tipo de turismo, y mucho menos si estamos hablando de Córdoba y su jamón serrano, un producto «de pata negra».