Cómo elegir el primer destino de viaje en familia
Respirar oxígeno, ingerir alimentos vía oral, sentir el efecto de la gravedad sobre nuestro cuerpo o ver la luz del sol, son sensaciones que todos experimentamos en nuestro primer gran viaje: nacer. El cambio de las condiciones del entorno es tan drástico, que podríamos compararlo con irnos a hacer turismo a otro planeta. Por eso, no nos cabe ninguna duda de que todos los bebés en un buen estado de salud son grandes viajeros.
¿Sabías que en muchos países de Europa utilizan la baja de maternidad y paternidad para hacer un viaje en familia todos juntos? Son meses en los que nos estamos conociendo y tenemos que adaptarnos a una nueva situación. Con un buen enfoque, una escapada en familia puede ser una forma de acelerar ese proceso. Cuando nació Koke, teníamos clarísimo que eso de tener hijos era la excusa perfecta para seguir viajando en lugar de para dejar de hacerlo.
Además, cuanto antes asumiera como parte de la normalidad situaciones como las esperas en los aeropuertos, los desplazamientos largos, dormir en diferentes camas o hacer y deshacer equipajes, antes podríamos seguir disfrutando de los viajes en familia.
Lo cierto es que, aun habiéndonos cruzado con muchísimas familias con niños por el mundo, nosotros también tuvimos miedo la primera vez que nos lanzamos al viaje con nuestro bebé.
A la inseguridad propia de unos padres primerizos, se sumaban los comentarios que a veces recibíamos desde fuera de aquellos que creen que viajar y tener hijos son dos cosas incompatibles.
El caso es que a veces, es cuestión de darles la oportunidad a nuestros bebés para demostrarnos que en general, ellos se adaptan a las novedades mucho mejor que nosotros. Por algo nacen y crecen niños en todas partes. Después de estos 2 primeros años de la vida de Koke recorriendo países de Europa, Asia, América y África, podemos afirmar que hay algunos destinos que nos lo han puesto más fácil que otros y es importante empezar con buen pie para quedarnos con ganas de más. Por eso, aquí van algunos puntos a tener en cuenta para que la elección del primer destino en familia, sea solo el principio de una gran lista de viajes juntos.
Antes de empezar y especialmente si antes de ser padre tampoco te atraían los lugares muy exóticos, haz una escapada de prueba a un destino no muy lejano. Nosotros habíamos dado la vuelta al mundo durante un año y estado otros 9 meses por Asia y aun así, preferimos ver como nos sentíamos los tres juntos estando más cerca de casa. Organizamos varias escapadas por España: un par de vuelos cortos a Las Palmas de Gran Canaria y Palma de Mallorca y un primer road trip de 2 semanas por el norte de la península. Estos test, nos sirvieron para varias cosas:
- Acelerar el proceso de desmaterialización. Aprender qué cosas realmente necesitábamos y cuales no. Por supuesto, la primera vez llenamos el maletero del coche hasta arriba y así fue como nos dimos cuenta de cuáles eran esas cosas que nos facilitaban la vida en viaje y cuáles eran totalmente prescindibles.
- Ganar tiempo para ponerle a Koke la primera tanda de vacunas. Hasta aquí llegaba nuestro umbral de inseguridad. No queríamos salir de España antes de que tuviera las vacunas básicas puestas.
Una vez hechas las pruebas necesarias en las que descubrimos que mientras él estuviera con nosotros, no tenía ningún problema con todo lo demás, nos decidimos a elegir un primer destino un poco más lejano (aquí os contamos algunos consejos para viajar a Tokio con un bebé).
Si vosotros también estáis dudando de si ese lugar que tenéis en la cabeza es realmente adecuado o no, estos son algunos puntos que pueden ayudaros a tomar una decisión final. Elegid un destino que:
- Tenga buenas condiciones de limpieza y servicios médicos. Hay muchos países totalmente desarrollados en este sentido, no solamente en Europa. Aunque realmente no hace falta irse a un lugar muy lejano para experimentar las vivencias y la estimulación que el viaje le aporta a un bebé, es importante además que el lugar ofrezca garantías de seguridad. Es importante ir ganando confianza al principio, ya habrá tiempo de ir subiendo peldaños en este sentido.
- Atienda a vuestros gustos personales (a los de los padres). Donde os sintáis cómodos. Sea en la naturaleza o en la ciudad. En esta primera fase en la que los bebés no andan, lo más importante para ellos es tener sus necesidades básicas cubiertas y sentir cerca a sus padres. Nuestro lema es: “padres felices, niños felices”.
- Invertid tiempo en elegir un alojamiento bien ubicado teniendo en cuenta lo que estáis pensando visitar y de forma que facilite todo lo posible los desplazamientos diarios. Estudiad la posibilidad de buscar un sitio en el que contar con cocina y lavadora. Esto último no es imprescindible, pero ayuda.
- Elegid un lugar que esté bien comunicado con vuestro lugar de origen. En esta primera fase es mejor buscar vuelos directos, destinos en los que sea sencillo salir del aeropuerto y que los transportes funcionen bien para facilitar los traslados.
- Planificad el día con tranquilidad. Mejor centrarse en una zona concreta que intentar abarcar demasiado. Poco a poco seremos capaces de ir alargando las jornadas de visitas, pero en este momento, es mejor ver menos que frustrarse por no conseguir un planning demasiado exigente.
- Buscad un destino con buen tiempo y que no tengan unas condiciones meteorológicas muy extremas. El frío complica el día a día con un bebé y el calorcito es mucho más cómodo para todos. Dicho esto, es importante tener en cuenta las precauciones básicas con respecto a bebés y exposición al sol.
- Y lo más importante: disfrutad mucho de todo. Poned buena cara a cualquier alteración de los planes, retraso de vuelo, necesidad de cambio de pañal en el peor momento; ya que hay una personita fijándose en todo lo que hacéis y de vosotros depende el color del cristal con el que decida enfrentarse a la vida.
De la misma forma que a montar en bici se aprende pedaleando, no hay mejor manera que aprender a viajar en familia que viajando. Dicho esto, ahora solo queda elegir el próximo destino y empezar a disfrutar todos juntos. Y si todavía os lo estáis pensando, recordad que los niños vuelan y acceden gratis a la mayoría de las actividades hasta los 2 años.