Dicen que para conocer una ciudad hay que pateársela y perderse por sus calles. Pero hay algunas que debes visitar desde otro punto de vista: el de las alturas.
Ya sea desde el mirador del rascacielos más alto de la ciudad, desde una colina o desde un helicóptero… Hay ciudades que tienen que verse a vista de pájaro. Sólo así muestran una cara que se esconde al viajero de ‘a pie’.
1. Barcelona: urbanismo de altura
La Ciudad Condal es un buen ejemplo de las diferencias entre conocer una ciudad a pie de calle o a vista de pájaro. No es lo mismo ver la Sagrada Familia desde abajo que contemplar sus seis torres desde un punto elevado. Pero la zona de la ciudad que, sin duda, gana desde las alturas es el Ensanche (L’Eixample en catalán). Una geometría perfecta –paralela y perpendicular–. Sus manzanas octogonales, dispuestas en forma de damero, son todo un símbolo del urbanismo moderno. Además, en su interior albergan zonas verdes para el disfrute de los vecinos (secreto difícil de adivinar desde la calle). Esta ampliación forma parte del Plan Cerdá, un proyecto urbanístico que empezó a gestarse en la segunda mitad del siglo XIX. Buenas opciones para contemplarlo son el monte Tibidabo (el punto más alto de Barcelona) y el Parque Güell. Y de fondo, el Mediterráneo.
2. París: cualquier vista es buena
Torre Eiffel, Notre Dame, Arco del Triunfo, Sacré-Coeur, Torre Montparnasse, Centro Pompidou… Difícil elegir el lugar que ofrece las mejores vistas de la Ciudad de la Luz. Si puedes, no elijas. ¡Quédate con todas! Con sus 370 metros de altura, la Torre Eiffel es uno de los monumentos más visitados del mundo. Y esto se debe, en parte, a la panorámica que ofrece. Eso sí, siempre a través de una reja de seguridad que limita algo las vistas. Los casi 400 escalones para subir a lo alto de Notre Dame también merecen la pena. Arriba, además de las vistas, aguardan las gárgolas, seña de identidad de la catedral. Desde lo alto del Arco del Triunfo uno no sabe dónde mirar. Situado en mitad de una de las glorietas más famosas de la capital francesa, a su alrededor se extienden importantes avenidas (los Campos Elíseos, por ejemplo), a modo de rayos de sol. Y una opción más a tener muy en cuenta, Sacre-Coeur. Desde su escalinata, tendrás París –gratis– a tus pies.
3. Nueva York: sobrevolando la Gran Manzana
Desde unos 200 dólares (por persona) es posible contratar una excursión en helicóptero en Nueva York para sobrevolar el puente de Brooklyn, el Empire State Building o Central Park. Algunas de estas rutas se centran solo en Manhattan, mientras que otras abarcan también Brooklyn y Staten Island. El anochecer es un buen momento para ver desde el aire cómo el sol se pone tras la Gran Manzana. También hay tours nocturnos y otros privados, dedicados a celebraciones especiales. Y uno que rodea la Estatua de la Libertad. Para aquellos que tengan miedo a volar, existen varias alternativas para ver Nueva York desde las alturas. Para los turistas primerizos, lo habitual es subir al Empire State para contemplar la ciudad, pero un consejo: apuesta por las vistas que ofrece el Rockefeller Center. Las colas de espera son mucho más rápidas y su mirador (Top of the Rock) tiene una ventaja extra: podrás ver el Empire Estate desde allí.
4. Dubái: más altos que las nubes
Es complicado estar al día del último rascacielos construido en Dubái. Del más alto. Del más peculiar. Las nuevas torres se suceden unas detrás de otras, dejando un paisaje que nada tiene que ver con el de hace dos o tres décadas, cuando todo era arena y desierto. Para comprobar ese desarrollo arquitectónico, se puede elegir entre helicóptero o aeroplano. Hay una tercera opción, el globo aerostático, pero este tipo de vuelo se suele ofrecer para el desierto ante las dificultad que supondría pilotarlo entre tanto rascacielos. Para observar la ciudad sin necesidad de objeto volador alguno, la Torre Califa o Burj Khalifa cuenta con dos miradores de altura. El primero, en la planta 124 (442 metros), y el segundo en la 148 (a 555). Hasta la fecha, es el edificio más alto de Dubái, pero ya está planificada la construcción de uno que lo superará. Sky City rozará el kilómetro de altura una vez terminado.
5. Singapur: vistas a remojo
Las grandes ciudades como Nueva York, París o Dubái siempre dan más de una de oportunidad para elegir las mejores vistas, pero en Singapur no hay lugar al debate. La panorámica desde el ‘skypark’ del hotel Marina Bay Sands está la primera en la lista. Acceder al mirador cuesta 23 dólares de Singapur (unos 15 euros). Está abierto todos los días de 9:30 a 22:00 (viernes y sábados hasta las 23:00). Comparte la planta 57 con la piscina, cuyo lema no deja lugar a dudas «Báñate en la cima del mundo». Posiblemente, la ‘infinity pool’ más fotografiada del planeta.